Artículo de Abigail Klein Leichman para Israel21c.
La tecnología de autos súper híbridos va por buen camino
Aquarius Engines quiere que los vehículos corrientes tengan las ventajas de los eléctricos e híbridos, pero a menor precio. Recaudó $8 millones de dólares en cinco días.
¿Por qué el número de vehículos híbridos y eléctricos representa menos del 3% de los 89 millones de automóviles vendidos anualmente en el mundo? La razón más importante es que los híbridos son caros y los 100% eléctricos no pueden ir muy lejos sin tener que cargar la batería con frecuencia.
Aunque otras compañías bregan por diseñar motores de combustión más ligeros y pequeños, o mejores pilas de combustible y baterías, una compañía emergente en Israel está reinventando por completo el motor de combustión que moverá el vehículo híbrido del futuro: un auto eléctrico inteligente.
El director de mercadeo y cofundador de Aquarius Engines, Gal Fridman, le dijo ISRAEL21c que la compañía, apenas con dos años de fundada, ha presentado tres solicitudes de patente y firmado un acuerdo para poner a prueba su motor en el concept car de un fabricante europeo de renombre en los primeros meses de este año.
Debido a que el motor Aquarius consume muy poca gasolina para poner en marcha el motor y cargar la batería, los conductores tendrían que llenar el tanque, que tiene 50 ls. de capacidad, sólo cada cinco o seis semanas.
Aunque los automóviles corrientes pueden recorrer 600 kms. con 50 ls. de gasolina, y los eléctricos 350 con una sola carga, un auto con ese motor tiene una autonomía de 1.200 kms.
Según la compañía, el precio de venta y de mantenimiento de los automóviles con motores Aquarius de 20 kgs. —en lugar de los de 160 kgs de los motores de combustión— será menor que los de los corrientes, híbridos o eléctricos de la actualidad.
Y aunque a los fabricantes de automóviles les costaría miles de millones construir nuevas líneas de ensamblaje para colocar los motores Aquarius, los fundadores de la firma se han dado cuenta de que la industria automovilística está buscando con afán nuevas tecnologías para cumplir con regulaciones de control de contaminación, que son cada vez más estrictas.
“La industria del automóvil es enorme y está amenazada”, dijo Fridman. “Los fabricantes no pueden cumplir con las regulaciones actuales, que serán incluso más exigentes en los próximos dos a cinco años. Cuando empezamos, queríamos dedicarnos a [producir] generadores [eléctricos], porque creíamos que entrar a ser parte de la industria automovilística demoraría mucho, pero las puertas se abrieron rápido”.
(De izq. a der., Shaul Yaakoby, director de tecnológía; Gal Fridman, director de mercadeo; y Maya Gonik, directora de Desarrollo de Negocios, con una muestra del motor. Cortesía.)
A pesar de que muchos otros están bregando también por ofrecer soluciones a la industria, la tecnología de Aquarius es única en el mundo, dijeron sus cofundadores, Fridman; el director ejecutivo Ariel Gorfung; y el director de tecnológía Shaul Yaakoby.
“Somos la compañía emergente más atractiva por aquí ahora mismo”, dijo Fridman. “Obtuvimos $8 millones de dólares en cinco días en la primera ronda de financiación y tenemos una larga lista de inversores de la cual escoger. Esto nunca ha pasado en ninguna otra compañía en la que trabajé. Creo que es porque podemos tener un gran impacto. No hace falta ser experto para entender que podemos lograr un cambio en el mundo”.
Idea descabellada
A principios de 2014, Yaakoby, inversor y asesor de la industria automovilística, le presentó su revolucionario concepto de motor de combustión a Fridman (propietario de la compañía de desarrollo de marcas Design and Shoot y ex ejecutivo de Keter Plastic y ZAG Industries) y a Gorfung (exitoso emprendedor y socio del fondo de tecnologías limpias VC Oris Investments).
Aunque un motor de combustión típico convierte el combustible en energía eléctrica con la ayuda de un alternador que rota constantemente, Yaakoby pensó en uno de combustión interna con un alternador lineal sin necesidad de cigüeñal. Un cilindro movería el combustible de lado a lado para generar corriente eléctrica, semejante a lo que pueden hacer las olas con un movimiento de arriba abajo.
El motor, que es pequeño, ligero y excepcionalmente eficiente, constaría de apenas 20 partes y sólo una movible, lo cual contrasta con las 150 a 200 partes móviles (cigüeñal, varillas, pistones, cilindros y válvulas) de un motor de combustión de 80 caballos de fuerza.
A Fridman le pareció que la idea era descabellada, pero Gorfung se mostró entusiasmado.
“Ariel dijo que si hay un 1% de posibilidades de que esto se haga realidad, no podemos desaprovechar la oportunidad. Así que nos reunimos de nuevo y decidimos invertir nuestro propio dinero para construir un prototipo, porque no veíamos ningún otra forma de hacerlo”, dijo Fridman.
El nombre que le dieron a la compañía, Aquarius, es un tributo a una canción de tema futurista del musical Hair titulada “Aquarius”, que debutó en 1966.
A toda velocidad
En menos de un año, Yaakoby construyó un motor que funcionó. Las puertas de la industria se abrieron rápidamente y el dinero de los inversores ha permitido que la compañía, con sede en Rosh HaAyin, en el norte de Israel, cobre velocidad rápidamente.
“Estamos ahora construyendo un motor comercial que será muy duradero y que estará listo para ser producido en masa”, dijo Fridman. “Aquarius podría producirse, idealmente, en Israel”.
Así podría parecer un motor de automóvil en el futuro. Cortesía de Aquarius Engines.
Una segunda ronda de financiación tendrá por objetivo recaudar “decenas de millones de dólares” para construir una línea de ensamblaje de vehículos eléctricos inteligentes montados con motores Aquarius.
“Ser parte da una industria que necesita invertir miles de millones de dólares para adoptar una nueva tecnología es algo que normalmente no pasa”, dijo Fridman. “Sabemos que no tenemos un producto comercial todavía, pero ya tenemos socios dispuestos a poner a prueba y desarrollar la tecnología con nosotros”.
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