“Quienes tenemos la suerte de conocer Jerusalén, capital del Estado de Israel, pudimos comprobar el magnífico encanto de caminar por las calles de la ciudad vieja, dividida en cuatro cuartos: el armenio, el cristiano, el musulmán y el judío.
Una enorme cantidad de turistas, europeos, asiáticos, americanos y de casi cualquier lugar de la Tierra, puede recorrer todos los sectores, excepto un grupo de personas que tiene vedado el acceso al Monte del Templo: los judíos. Es que cuando uno se acerca, y los policías israelíes se percatan de que el que intenta pasar es judío, sencillamente no lo dejan.
En el Monte del Templo, donde hasta hace unos dos mil años estaba el gran Templo de Jerusalén, hoy se encuentran la mezquita del Al Aqsa y el Domo de la Roca, esa construcción de cúpula dorada característica del lugar.
Este sitio está bajo la órbita de la autoridad palestina y la policía israelí no puede brindar seguridad a los que ingresan. Por eso la prohibición para los judíos. …”
Fuente y artículo completo: Infobae
Autor: Sergio Pikholtz