Cámara al hombro, sigue la estela inacabable de la Bruja de Blair, y muy, muy poco dispendio, como corresponde, en una más de casa encantada y parejita en apuros. Ahora son dos aficionados al cine de terror que dicen haber comprado una casucha como escenario para una película; buena excusa para que nos regalen carreras, saltos y sustos en las penumbras y se topen con abundantes muestras de satanismo o similares. Apreciable voluntarismo, siempre es de agradecer que haya gente dispuesta a darlo todo por lanzarse al estrellato, en el género la cantera es inagotable, y cuentan con nuestra simpatía, cuando lo merezcan, claro. Y estos dos se lo merecen, aunque su mayor recurso sea hacer saltar de la butaca al respetable subiendo al máximo el volumen de un efecto de sonido en el momento cumbre. Pero como decimos que nos va esta división menor del cine terrorífico le damos un "progresa adecuadamente" y nos quedamos tan anchos
Puntuación @tomgut65: 5/10