Título original:
It Follows
Año:
2014
Fecha de estreno:
29 de Mayo de 2015
Duración:
100 min
País:
Estados Unidos
Director:
David Robert Mitchell
Reparto:
Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi y Lili Sepe
Distribuidora:
Surtsey Films
El cineasta americano David Robert Mitchell se enfrenta con su segundo largometraje a uno de los géneros cinematográficos más populares, y más desgastados por la falta de ideas que lo han convertido en muchas ocasiones en una parodia de sí mismo. En la actualidad vemos como las películas de terror o bien ya no convencen, o se alejan demasiado de su objetivo final, es decir, provocar sensaciones malsanas al espectador. Así que mi principal miedo con esta propuesta era el hecho de comprobar que iba a ver un producto más, una nueva muestra de mamarachada adolescente norteamericana destinada al público menos exigente posible. Afortunadamente mis temores no se cumplieron.
Pero primero vayamos por partes, como diría Jack el destripador. La historia sigue a Jay, una chica de 19 años, que sigue una vida socialmente normal para alguien de su edad. Sale con chicos, tiene una buena relación con su familia y es de lo más mona. Lo dicho, todo un modelo a seguir. Pero todo cambiará cuando en un encuentro sexual, aparentemente inocente, descubra que su chico de turno le ha pasado una extraña paranoia de la que ni puede ni debe dejar escapar. Y aquí relamente empieza lo verdaderamente interesante de la propuesta. Al principio, ni ella misma sabe lo que le pasa, la única certeza es que es consciente de que algo la persigue, y que ese algo no descansará hasta encontrarla y llevarla hasta el fátidico y mácabro prólogo de la película.
Pero, ¿Qué es ese algo? Pues no lo tenemos del todo claro, y eso es una de las decisiones más acertadas de la película, lo único que sabemos es que es demasiado grande como para alcanzar a comprenderlo, así que la única vía es la de la huída, aunque tarde o temprano tendremos que enfrentarnos a ello.
Una de las cosas que convierte a It Follows en una película atractiva que justifica su visionado en una sala de cine, es que su director consigue mucho con muy poco, no hay efectos especiales, no hay sangre por todas partes, no lo necesita. Posee una atmósfera que ya de por si sola te transmite más que cualquier película de género reciente. Y es que se nota que David Robert Mitchell se toma su película en serio. Tampoco desmerece nada su uso de la banda sonora, nada original en ese sentido, pero efectista. Desde que se vio en una de las secciones paralelas del festival de Cannes de 2014, está película no ha dejado de sumar adeptos, especialmente por su paso por Sitges, un lugar donde propuestas de este tipo son bienvenidas como pocas.No quiero contar demasiado, porque realmente esta película juega contigo como espectador, solo me queda la opción de recomendártela para verla en una pantalla grande, aunque corras el riesgo de que se te quiten las ganas de practicar sexo automovilístico. Y si lo haces, recuerda que algo estará siguiéndote...7,5/10