Revista Cine
Director: Don Hertzfeldt
El tercer cortometraje que siguió a "Everything Will Be OK" y "I'm So Proud of You", de unos veinte minutos, es "It's Such a Beautiful Day", estrenado el 2011. Un año después, y les digo para evitar confusiones, Hertzfeldt decidió unir esta trilogía en un solo metraje, a modo de largo. A este largometraje le puso el mismo nombre que al tercer corto, es decir "It's Such a Beautiful Day", y aunque ya había visto los dos primeros capítulos de esta trilogía, qué demonios, vi el largo completo y qué tanto, total, no me puede dar varicela ¿o sí?
Con una atmósfera que ha ido creciendo en melancolía e imágenes ahora estoicas y dolientes, pero sin abandonar el negro y surreal sentido del humor o esa ironía entre despiadada y compasiva, Don Hertzfeldt nos cuenta la vida de Bill ahora que la misma comienza a escurrírsele por entre los dedos, ahora que su memoria y sus recuerdos comienzan definitivamente a esfumarse, a perderse para siempre en un vasto mapa en blanco, convirtiéndolo en un fantasma con vagas nociones de quién es y por qué está en tal o cual lugar, haciendo tal o cual cosa, reconociendo a duras penas el mundo en el que alguna vez habitó, caminando inexorablemente hacia donde la niebla se hace más espesa, en donde ya no hay caminos y todas las huellas han sido difuminadas.La poética de Hertzfeldt es tan humanamente dolorosa y cercana, genuina, que hasta el mismo narrador elige contarnos, rompiendo su impasible coraza, un final optimista en donde no existen las angustias emocionales, el pánico existencial o los miedos metafísicos; en donde uno realmente llega a convivir armoniosamente con sus sueños e ilusiones, con la propia vida, con el presente, lo cual probablemente es el sueño de todos.¿Y qué queda, qué queda cuando una persona ya se ha desvanecido por completo?