11/11/2011 8:31:27
La crisis política y económica en Italia, el nombramiento de Mario Monti como senador vitalicio y los efectos del «berlusconismo» ocupan a los editorialistas de la prensa europea.
La Stampa, de Turín: «El presidente italiano, Giorgio Napolitano, ha usado su jóker: el excomisario europeo Mario Monti. Después del miércoles (09.11.2011), la peor jornada para Italia desde la crisis de la lira en 1992, era necesario dar una señal que tuviera el efecto de un antídoto.
Nombrando a Monti senador vitalicio, Napolitano ha dado esa señal […] Ahora Monti representa la propuesta de una solución, sobre cuya base todas las fuerzas parlamentarias podrían lograr las condiciones políticas para un nuevo gobierno, de transición o no. Aunque siguen existiendo factores de inseguridad y no se puede excluir una convocatoria a elecciones, se ha marcado un posible camino hacia la salida de la crisis».
Ventajas pronto ensombrecidas
De Volkskrant, de Amsterdam: «No es que no haya nada bueno que decir sobre él. Berlusconi, en su momento, hizo despertar al fragmentado panorama político de Italia. Su brío y su temeridad contrastaron al principio enormemente con la impotencia que emanaban sus antecesores. Sin embargo, sus desventajas comenzaron pronto a ensombrecer sus ventajas. Los intereses económicos de Berlusconi se mezclaron de manera sospechosa con los asuntos estatales. Al final endosó a su país una serie de escándalos que no sólo mancillaron el honor público sino que han costado tanto capital político y energía que las deseables reformas no pudieron ser realizadas.»
Soberanía e insolvencia
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: «La crisis puede convertirse en un segundo acto fundacional de la Unión Europea, durante el cual sus miembros pueden volver a calibrar la controvertida relación entre la disposición a someterse a la comunidad y la indispensable autonomía nacional. ¿La soberanía acaba de verdad donde empieza la insolvencia? ¿Cuántas amonestaciones de los maestros de Berlín y París son soportables para otro país cuando el alumno reprendido no se llama Berlusconi, sino que es un jefe de gobierno respetado a nivel nacional? Il Cavaliere ha pronunciado palabras liberadoras, no obstante para la Unión Europea las cuestiones políticas relacionadas con ello aún no han sido respondidas».
Espíritu del «berlusconismo»
Die Zeit, de Hamburgo: «Lo que tendrá, todavía por mucho tiempo, un efecto nocivo es el espíritu del “berlusconismo”. Éste consiste en la renuncia al último resto de civismo, en la negación de la mala situación pública, pero, sobre todo, consiste en el nocivo cultivo de la mentira. Berlusconi ha sido acusado en más de una decena de demandas, por corrupción, falsificación de balances, perjuro y evasión fiscal entre otros. Esto es obra, dice él, de jueces comunistas manipulados políticamente. ¿Que el país esté al borde del abismo por el monto de la deuda? Claro, eso se debe a la ola de pánico que desatan los medios izquierdistas y los tenebrosos poderes financieros del extranjero.»
Retrasos y engaños
El País, de Madrid: «El caso del primer ministro italiano es especialmente desagradable. Se puede ser irresponsable negándose a adoptar las medidas indispensables o atrasando una y otra vez su aplicación cuando ya se han adoptado. Berlusconi ha incurrido en ambas deslealtades. Acompañándolas, para mayor vergüenza, de zafias burlas sobre otros colegas, principalmente la canciller alemán. O tratando de traidores a sus propios diputados en vez de interrogarse por las causas que les aconsejan abandonarlo.
El preocupante aumento de la prima de riesgo de la deuda italiana, a niveles equivalentes a las de otros países que solicitaron un rescate de la UE y el FMI, viene a indicar que el retraso en plasmar la propia dimisión invalida sus efectos terapéuticos, y eso no consagra una bendición a una presunta victoria de los mercados sobre la política, sino que certifica la lógica de la realidad según la cual los mercados todo lo arrollan cuando la política carece de total seriedad y credibilidad. Se necesitan medidas más urgentes y más contundentes.»
(Fuente: dpa)
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