El movimientismo subestima el programa y hace una virtud de la confusión política que se disfraza de ‘pluralismo.
El transformar a IU en una organización movimientista, y vientos corren en esa dirección tanto a nivel de Comunidades Autónomas como a nivel Federal, supondría en definitiva, el abandono del proyecto máximo de IU como organización, que es la transformación de la sociedad y el avance a una sociedad socialista; sería en definitiva, crear algo nuevo para no avanzar hacia ningún lado, y en mi opinión la mejor forma de hacerle el juego a ese sistema que se pretende derrotar.
IU no puede ser coordinadora de organizaciones, movimientos, asociaciones, sindicatos alternativos… IU tiene un programa que construye en su seno y en contacto con dichos movimientos, es parte de ellos porque sus afiliad@s y militantes forman parte de ellos, y no al contrario, porque sino lo que nos encontraríamos sería una organización de bandazos políticos y lo que es peor de mensjaes y contramensajes.
La estructura interna de IU, no puede ser una asamblea permanente, eso no es revolucionario y por ende cualquier parecido con el marxismo sería pura coincidencia, nuestro cargos públicos desde el Congreso hasta el pueblo más pequeño de España, deben de tener autonomía para el funcionamiento diario, el día a día de la organización debe de tener una estructura que le infiera protagonismo, porque si tenemos que reunir una asamblea, que esta decida por consenso, cualquier tema que pueda surgir ya digo en un Ayuntamiento o en la propia organización, estaríamos desvirtuando la propia esencia de lo que debe de ser una organización no ya democrática, sino mínimamente revolucionaria.
La democracia participativa y la democracia representativa, la solidaridad interna y externa de la propia organización no puede confundirse con el discutir todo entre tod@s para crear nada y no avanzar hacia nada.
Quizás probablemente sería conveniente reeditar, repensar, releer para los defensores del movimientismo aquello del Partido de Masas.