Tras la celebración del pasado consejo político regional de Izquierda Unida de Castilla y León, quisiera exponer públicamente algunas reflexiones que pueden servir para hacer un análisis sociopolítico de la realidad para decidir correctamente qué hacer como organización.
Empezaré primero por remarcar que estamos inmersos en un momento histórico convulso de cambio de paradigma, con las dificultades que ello conlleva, colectivas, pero también psicológicas dentro de la organización y de quienes representamos a ciudadanas y ciudadanos que optaron por ella como mejor opción en las instituciones. Los miedos son lógicos en momentos de cambio de época, pero nunca pueden ser paralizantes de lo que tenemos que protagonizar, junto con otras organizaciones y personas, en un momento tan importante y delicado de la historia de nuestro país y de nuestra comunidad.
Las decisiones que se tomen en el ámbito de Izquierda Unida una vez constituidas plataformas ciudadanas, tendrán que ser contrastadas dentro de las mismas. Tenemos todo el derecho del mundo a introducir debates, razonamientos e interrogantes pero no a manipular ni a intentar utilizarlas en favor de nadie, sea persona u organización. Izquierda Unida puede y debe participar, como el resto de actores implicados, pero Ganemos dispondrá lo que considere más oportuno. De ahí que esta apuesta necesaria, firme y generosa de IU por diluirse para generar hegemonía sea tan interesante y conveniente hoy. IU no desaparece, apuesta por ceder soberanía a una nueva herramienta para fortalecer sus objetivos políticos y facilitar la confluencia.
Aunque Ganemos no estuviera dotada de entidad jurídica propia tiene entidad moral para ser consultada y capacidad para decidir cómo organizarse, qué objetivos priorizar, etcétera. Pero hay que dar tiempo para que ello sea posible, ya que se parece más a un movimiento social que a un partido político.
Estos nuevos movimientos son profundamente municipalistas. Personalmente, no creo que pueda exportarse al ámbito regional, no existen las condiciones objetivas que faciliten una traslación hacia un espacio más amplio. Tan amplio como Castilla y León, la periferia de la periferia, donde no hay construida una identidad como región. ¡Ojalá me equivoque!
No hay que olvidar que la ofensiva de Izquierda Unida no es contra Podemos, que es una herramienta válida para transformar la sociedad, situada en otra órbita distinta a la nuestra. Seamos humildes y reconozcamos que la aparición de Podemos, con sus pros y contras, ha favorecido una dinámica interna y externa distinta para nuestra organización, nos ha descubierto formas distintas que antes de las Europeas eran imposibles. Es preciso garantizar un funcionamiento más abierto en nuestra organización: que los procesos de selección de programas y candidaturas sean más participados por la ciudadanía, cambiar determinados vicios y rutinas endogámicas, …
Lo fundamental para garantizar que estos procesos funcionen bien es enamorarse de ellos y defenderlos con esperanza e ilusión. El sistema político bipartidista se está derrumbando:
- O construimos un sistema y una forma de trabajo político totalmente distinta a lo establecido,no es lo que hemos hecho toda la vida,
- o nos derrumbamos con el sistema que criticamos pero en el que, a veces, hemos caído víctimas de sus encantos. (Entre caer y lanzarse de manera voluntaria como han hecho los propietarios de tarjetas black hay una gran diferencia, tanta como entre tener errores y corromperse moral y legalmente)
Mucha gente dentro de IU utilizó durante el desarrollo del Consejo Político la expresión hermana pequeña, como si ser la hermana pequeña conllevara necesariamente aspectos negativos. Desde lo pequeño se puede ayudar a construir otro modelo de sociedad más justo, se pueden aportar nuevas perspectivas y facilitar determinados planteamientos que en lo grande pasaban desapercibidos. Desde lo pequeño tenemos que construir un modelo de organización política y social que se involucre en una tierra nueva mediante los mismos objetivos políticos que teníamos ayer. Pero con una mayor capacidad de llevarlos a término.
De las exposiciones extraigo diversas dicotomías que tendremos que solventar más pronto que tarde:
- Programa/Candidatura: No es cierto que lo importante sea el programa exclusivamente, puesto que según quienes encabecen la candidatura incidiremos más o menos en unas u otras partes del programa. De ahí que el proceso de elaboración del programa y de selección de la candidatura sea lo más abierto y participado posible.
- Protocolos/Documentos políticos: No hay protocolos de actuación en el actual momento y para cada sitio. Puede haber documentos políticos de referencia, pero cada población y provincia tendrá que construir junto con otros el proceso sin unas directrices claras. De abajo arriba, junto con las personas con las que hemos estado en la militancia social construyendo y luchando contra la destrucción de los servicios públicos, contra las reformas laborales, … No es posible imponer procesos, todo esto no se puede ver sin verlo. Sin creer en esto no se va a conseguir sacar adelante de una forma ilusionante.
- Lo político/Aspectos técnicos del proceso: Desde mi punto de vista, lo jurídico, la identidad de IU, el logo, incluso lo electoral es secundario frente a lo político que es el campo que tenemos que ganar. Tampoco va a haber informes jurídicos que nos soluciones conflictos políticos que tendremos que resolver junto a el resto. No hace falta recordar que la ley es un instrumento de clase y que nos han impuesto muchos condicionantes que habrá que intentar sortear en lo político y en lo organizativo.
- Militancia en IU/ Simpatizantes y/o militantes en movimientos sociales: Discrepo de quienes plantean la militancia en Izquierda Unida como un plus, ya que considero que no importa para este proceso estar afiliado o no. El portavoz de IUCyL en el Ayuntamiento de Valladolid sigue sin afiliarse y ello no le priva de ser una persona muy relevante, socio-políticamente hablando, dentro y fuera de Izquierda Unida de Castilla y León. Algunos de las personas que están protagonizando espectáculos más bochornosos para nuestra organización a nivel federal estaban afiliados y ello no fue óbice para coartar su actuación inmoral y repugnante. Cuando se plantea la unidad de Izquierda Unida hay que hacerlo entorno a un proyecto de transformación política y social ilusionante para la construcción de una Castilla y León más justa. Unir personas o siglas no es relevante para la sociedad y para la mejora de las condiciones de vida de la mayoría social, especialmente la más desfavorecida.