Este mes he sacado tiempo para preparar un nuevo relato para el Club de Escritura de la Fundación Escritura(s)-Fuentetaja. No hace mucho estuve leyendo Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, y tenía ganas de probar alguno de los recursos que husmeé entre esas páginas. No diré nada más sobre esto —el riesgo de que algún fan del chileno se ría en mi cara o me espere en una esquina para soltarme un par de guantazos ya es bastante alto ahora— pero sí que quería comentar que se trata de una historia de viaje, como Trece millas, pero cuyo estilo y contenido nada tienen que ver. En definitiva, se titula Soñar con aviones que caen y, desde mi punto de vista, recoge parte de la esencia del viaje y los viajeros.
