
Foto del autor: Anfiteatro de Epidauro, Grecia
Uno de los temas más traídos de los últimos años, desde la aplicación de las medidas contenidas en la saca de sorpresas y recortes del Partido Popular, fue la revisión y subida del IVA (hasta el 21%) para los bienes culturales y la consiguiente contradicción, cuando no disgusto, de los nobles representantes del "grupo de la ceja"... Y lo sigue siendo, aunque puede que por muy poco tiempo: la condición de electoral con la que se distingue el año en curso ya trajo voces respecto de su posible y pronta revisión a la baja (¿10%?).Personalmente no consigo comprender que en años de crisis, de parados sin recursos y familias desahuciadas bordeando la miseria, tengan que anteponerse aspectos culturales a cuestiones de supervivencia, sobre todo cuando entiendo que buena parte de esa cultura la cocinan artistas -del mundillo de la música, del cine o de la televisión- que pueden rayar la extravagancia de lo divino al percibir sueldos tan astronómicos como incomprensibles para sus mortales seguidores.Me horroriza la tantas veces repetida imagen de un astro publicitando donativos, desde las migajas de lo que le sobra, para paliar miserias que germinan precisamente de la injusticia que supone la satisfacción de sus exigencias salariales...
