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Iván Duque rememora sus momentos frente a Colombia: “Odio hablar de la muerte, porque no me gusta invocarla”

Publicado el 07 agosto 2021 por Joseantortega

El presidente de Colombia, Iván Duque, rememoró sus mejores momentos frente al gabinete neogranadino al diario Semana. Le queda un año frente al poder y recuerda sus prioridades ante las contingencias actuales.

VICKY DÁVILA: Presidente, déjeme empezar por su seguridad. Después de conocerse varios planes para asesinarlo, ¿qué piensa?

IVÁN DUQUE: Vicky, tengo plena confianza en el equipo de seguridad, pero también tengo fe en Dios, en la Virgen de Chiquinquirá, y todos los días les pido que me cuiden. No soy el único presidente de Colombia que ha tenido ese tipo de amenazas. Obviamente, recuerdo cuando estaba viviendo en mi residencia personal que el equipo de seguridad identificó que los Comba querían comprar el apartamento de abajo para hacer una explosión. Eso nos llevó a vivir aquí en la Casa de Nariño. También, en enero de 2019, encontraron a tres hombres con fusiles de largo alcance justo en el lugar donde yo iba a estar al día siguiente. Después, el exfiscal Néstor Humberto Martínez nos advirtió de dos francotiradores en el Cauca. El año pasado tuvimos información de dos francotiradores que venían del exterior, que posiblemente iban a tratar de atentar, y lo que ocurrió recientemente llegando a Cúcuta. Tenemos siempre que ir adelante en la inteligencia, y, para mí, lo importante es tener fe en Dios y seguir cumpliendo mi deber.

V.D.: En Cúcuta uno de los disparos estuvo a 4 centímetros del rotor. Eso hubiera podido haber terminado en una tragedia. ¿Lo ha pensado?

I.D.: Pues lo pensé ese día, sobre todo cuando aterrizamos y se activó el protocolo de seguridad. Cuando después tuve la oportunidad de ver los impactos de bala, me di cuenta de que el riesgo fue muy alto. Los impactos iban al lado donde me siento, y creo que ellos estaban tratando de introducir las balas en la cabina central, donde hubiéramos, de pronto, visto morir a varias personas. Obviamente, si se golpea el rotor trasero, pues lo más seguro es que el helicóptero se hubiera ido al piso.

V.D.: Cuando descendió del helicóptero, pensó ¿qué tal que hubiera pasado?

I.D.: No inmediatamente, pero al rato sí. Se activó el protocolo. En los momentos difíciles soy muy tranquilo.

V.D.: A mí me dicen que a usted no le gusta mucho hablar de la muerte.

I.D.: Odio hablar de la muerte, porque no me gusta invocarla. La muerte que esté lejos.

V.D.: ¿Qué pasó cuando habló con su esposa? No quiero imaginar ese cruce de sentimientos…

I.D.: Inmediatamente llamé a María Juliana y le dije: mira, quiero que sepas, pasó esto; obviamente, ella estaba con los niños.

V.D.: ¿Qué les dijo?

I.D.: No, ella les comentó lo que había ocurrido, pero que el papá estaba bien y que la vida sigue. Ella ha sido un gran apoyo y, además, también siempre vive muy alerta de ciertas cosas, sobre todo con la protección mía. Me hace advertencias, que siempre son muy oportunas, y eso se lo agradezco, porque sé que para los seres queridos el sufrimiento es grande. Mi mamá, por ejemplo, también siempre sufre con eso.

V.D.: Presidente, usted dice que confía ciegamente en su equipo de seguridad, pero el fiscal Francisco Barbosa anunció en SEMANA que llamará a algunos de sus integrantes a interrogatorio. ¿Eso lo inquieta?

I.D.: Se trata de un atentado al presidente y tiene que surtirse una investigación. Aquí el equipo de seguridad tiene siempre las precauciones, se hacen esquemas de poligrafía regularmente, la manera en que están dispuestos los operativos son muy rigurosos y lo que hay que averiguar son cosas que son paradójicas de lo que ocurrió, porque ese día cambiamos la agenda. Estaba previsto salir de Sardinata hacia las 5:30 de la tarde y salimos a las 3:30. Al mismo equipo de seguridad y a la cúpula militar que me acompaña les inquieta qué pudo haber pasado.

V.D.: ¿Alguien avisó?

I.D.: Lo más seguro es que sí y no necesariamente tiene que ser alguien del círculo más cercano. Vieron y avisaron: mire, están despegando, el presidente se sentó de este lado.

V.D.: Sabían exactamente dónde estaba usted sentado y dispararon en esa dirección…

I.D.: Sí, pero eso lo hubiera podido ver cualquiera. Estaban los ciudadanos viendo la llegada y salida del presidente, es muy difícil la llegada a cualquier municipio. Pero, de alguna manera, frente a estos temas, como a mí no me gusta andar invocando a la muerte, sigo trabajando, yendo al territorio, y así lo haré hasta el 7 de agosto de 2022.

V.D.: Perdóneme esta pregunta, pero ¿le da miedo?

I.D.: No, Vicky, no.

V.D.: ¿Le da más coraje para seguir?

I.D.: Creo que ese tipo de ataques son cobardes. Nosotros seguimos con el compromiso de seguir enfrentando la criminalidad. Ese Gaor 33 ha estado alojado y protegido en Venezuela, y tiene que vivir demasiado incómodo conmigo y con este Gobierno, porque le hemos incautado la droga que nadie le había incautado y le hemos desmantelado su infraestructura y golpeado sus canales de suministro y denunciado internacionalmente. A la pregunta de miedo, no, yo he sido una persona de fe, y una de las cosas más lindas de la Biblia es uno de los pasajes que a mí más me gusta leer de Isaías: no tengas miedo, confía en Dios, confía en la palabra. Todos los días confío en Dios y en la Virgen, y sé que uno está en esta vida hasta el día que ellos decidan que uno debe partir.

V.D.: Iván Duque, no el presidente, sino la persona, ¿perdona a quienes han querido matarlo?

I.D.: Juan Pablo II fue víctima de un atentado, le dispararon y casi lo matan. Fue a visitar a su victimario y le preguntaron si lo perdonaba y dijo: sí, yo lo perdono, pero tiene que estar en la cárcel hasta el último día de su condena. Lo que quiero transmitir con esto es que uno no puede confundir perdón con justicia y perdón con impunidad. Donde haya alguien que cometa un crimen, le tiene que caer todo el peso de la ley. Siempre he rechazado el crimen y mucho más cuando tratan de perfumarlo con alicientes políticos. Aquí nosotros tenemos que llamar las cosas como son. Este país ha sufrido mucho históricamente, porque han aparecido voces que tratan de atenuar el homicidio revistiéndolo de carácter ideológico o político.

V.D.: El senador Gustavo Bolívar, el día del atentado en Cúcuta, habló de un autoatentado…

I.D.: El que las hace se las imagina. Cuando las personas están acostumbradas a diseñar libretos todos los días para deformar la realidad, es posible que caigan en ese tipo de tentaciones.

V.D.: ¿Le preocupa que el atentado se haya planeado en Venezuela?

I.D.: Nos preocupa que en Venezuela sigan alojando terroristas colombianos. Lo hemos denunciado ante la OEA, la ONU, los organismos de seguridad internacional, y la evidencia lo muestra. ¿Dónde murió Santrich? En Venezuela. ¿Dedicado a qué? Al narcotráfico.

V.D.: Y Maduro, calladito…

I.D.: Allá murió Santrich dedicado al narcotráfico. Allá están Antonio García, Iván Márquez, el Paisa, Grannobles, Pablito…

V.D.: Entonces, ¿usted no tiene duda de que Santrich está muerto?

I.D.: Ninguna duda.

V.D.: Bueno, lee SEMANA.

I.D.: Vi la foto que publicaron ustedes recientemente. Ahí no hay ninguna duda. Y murió en la ley de los bandidos, en la de los narcotraficantes, allá estaba dedicado a esas operaciones. La actitud del régimen de Maduro con los terroristas colombianos es exactamente la misma del régimen talibán con Al Qaeda: están hospedados, protegidos y, además, vinculados económicamente con el cartel de los Soles.

V.D.: El atentado contra la Trigésima Brigada también se planeó en Venezuela…

I.D.: Ese atentado no solamente buscaba matar a soldados colombianos, sino también a los estadounidenses. Claramente, los que están vinculados van a ser solicitados en extradición y los enviaremos a Estados Unidos. Después de que cumplan la pena allá, la cumplirán acá. Pero ese es un símbolo de que el régimen de Maduro está patrocinando ese tipo de hechos y, por lo tanto, le debe caber esa declaratoria de ser un Estado promotor del terrorismo.

V.D.: Cuando usted se vaya el 7 de agosto de 2022, ¿cómo quiere que recuerden el Gobierno de Iván Duque?

I.D.: Como el Gobierno que dejó sembrada la equidad como política de Estado.

V.D.: Presidente, de esos planes que tiene para después del 7 de agosto de 2022, hábleme de los que tiene con su hija chiquita…

I.D.: Ella ya tiene programada toda una agenda, la verdad, es con los tres. Luciana ya está más entrada en la adolescencia, con Matías también voy a dedicarme un rato a seguirlo en sus aspiraciones deportivas, y con Eloísa, que somos muy unidos, pues ella ya tiene diseñada todas las agendas que va a hacer con el papá: viajes, clases, de todo. La verdad es que ella me dice: papá, cuando dejes la presidencia en agosto del año entrante, quiero que estemos juntos todo el día.

V.D.: ¿Y usted se va a quedar en Colombia?

I.D.: Yo amo mucho mi país. No solamente aquí están mis ancestros, mis raíces, sino que aquí también está mi amor profundo por seguir aportándole a esta sociedad.

V.D.: ¿Van a caer Márquez, el Paisa y Romaña?

I.D.: Tienen que caer.

V.D.: ¿Van a caer?

I.D.: Tienen que caer.

V.D.: ¿Los tienen en la mira?

I.D.: Tienen que caer.

V.D.: Ojalá caigan, presidente.

Con información de Semana


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