Revista Coaching

IX Jornadas OPTIMA LAB: la excelencia como estándar

Por Jofoba @jordifortunybad

Hace unos días llevamos a cabo las IX Jornadas de OPTIMA LAB. En mi caso fueron las segundas, aunque las viví como las primeras en plena consciencia, ya que en las jornadas de enero estaba recién «aterrizado».

Empezamos con una divertida sesión de fotos de la mano del magnífico Xavier Vila, acompañado de la también diligente Cristina García. Una muy buena manera de reforzar la interacción personal en una red geográficamente dispersa.

A partir de aquí continuamos con la dinámica de trabajo habitual. En un formato similar a un «Open Space», facilitado por David Sánchez, hicimos aflorar temas sobre los que consideramos sería interesante debatir. Entre otros, volvimos a la dinamización de nuestra actividad comercial, tema en el que desde las jornadas de enero hemos ido trabajando con intensidad. También dedicamos otro buen rato a reflexionar y seguir perfilando el modelo de red productiva.

En las crónicas del resto, José Miguel, Paz, Cruz, David, Jerónimo y Antonio José (faltaba Jesús, que no pudo asistir en el segundo día), podrás ver con más detalle, y desde distintas ópticas, lo que nos aportaron estas jornadas. Yo aprovecharé para lanzar una pequeña reflexión acerca de un tema que hace tiempo me da vueltas por la cabeza y muy ligado a mi experiencia personal durante el proceso de  incorporación a la red.

Como quien dice, hace tan sólo dos días que empecé mi andadura en OPTIMA LAB. Han sido unos meses intensos, tanto desde el punto de vista del proceso de incorporación a la red (sinónimo de aprendizaje continuo y diario), como del proceso de certificación como Trainer en GTD, pero, sobre todo, buena culpa de esta intensidad, se la lleva la formación en competencias en la que estoy inmerso.

Si algo me encanta de OPTIMA LAB es que el estándar de todo lo que hacemos es la excelencia. Hacer muy bien las cosas es una condición «sine qua non» en la red.

Y he entendido la importancia de esta excelencia en toda su plenitud, precisamente con esta formación en competencias que os contaba. Os tengo que confesar que cuando hablé por primera vez con José Miguel al respecto de mi incorporación a la red y comentamos acerca de la necesidad que complementara mi perfil con formación específica en coaching y PNL, se me hizo cuesta arriba, precisamente porque no tenía la percepción que fuera necesario. Llevo 15 años de mi vida trabajando con personas ¿Que tenía yo que aprender si ya lo había vivido todo?  Era de los que piensan que el truco está en el Power Point y en tener un buen «palique»… y cuán equivocado estaba.

Trabajamos con personas, y con esto no se juega. Les proporcionamos una formación que conlleva un cambio personal, no se puede hacer de cualquier manera. No puede ser que no seas capaz de transmitir bien y con claridad las ideas, no puede ser que la gente salga de un curso peor de lo que estaba al entrar, o con la sensación que han perdido el tiempo y que no va a aprovechar nada. Para hacerlo bien, además de experimentar de lo que hablas en propia piel (mención aparte merecen los que predican sin haberlo vivido) debes poder disponer de un amplio abanico de recursos para acompañar. Y esta es la conclusión a la que he llegado en estos meses, viviéndolo «desde dentro».

Y es que como más veo ciertas propuestas que circulan por este mundo, más responsable me siento y más orgulloso estoy de pertenecer a OPTIMA LAB. Una red con ganas y compromiso de aportar un valor real a las personas.


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