Hay un blog de internet en el que además de los brillantes e independientes análisis de su autor, Arcadi Espada (www.arcadi.espasa.com), aparecen comentarios de sus lectores, frecuentemente sutiles y brillantes.
Como el que escribió alguien que firmaba Miguel y que sintetizaba lo que muchos socialistas sufren con la política del Gobierno de ZP, especialmente ante el Estatuto de Cataluña.
“Lo malo no es que el PP se "quede solo", con más votos que todos los demás partidos de la oposición, sino que las personas que nos consideramos de una izquierda moderada --y, humildemente, ilustrada y con conocimientos básicos de historia--, somos los que nos vamos quedando huérfanos”.
“Es desconsolador. Los nacionalistas han conseguido que el franquismo sea la medida de toda teoría política, y así nos va: es de izquierdas defender derechos históricos y los colectivos como fuente de la libertad individual. Y la izquierda necia --mayoritaria, hoy--, aplaude y jalea, para ser más avanzada que nadie”.
En 101 palabras Miguel expuso los sentimientos de muchos socialistas que se ven como minusválidos abandonados por su familia en medio de una carretera surcada por enloquecidos automóviles.
Quienes conocen bien a muchos militantes socialistas con mayores o menores responsabilidades habrán observado que, hablando del PSOE actual, dejan entrever una creciente y profunda desazón. Verbalmente apoyan a sus jefes, pero disimulando su congoja.
El problema es que demasiados miles de cuadros del PSOE, incluyendo los responsables de pequeñas agrupaciones, ya son políticos profesionales. Cargos que dependen de la banda que conquistó Ferraz y Moncloa.
El bienestar de sus sueldos y su influencia hace que esos cuadros olviden la doctrina socialista de la igualdad y la justicia para no tener que volver al taller, la fábrica o a la estresante enseñanza.