Revista Cultura y Ocio

J. G. Mesa: Iracundo

Publicado el 04 abril 2018 por Libros Prohibidos @Librosprohibi2

Preston se dirigió a la salida de la iglesia y pasó junto a un viejo caballero que, arrodillado, rezaba: «Perdóname, Señor, porque soy débil y cobarde». Chasqueó los labios, traspuso la puerta a grandes zancadas y enfiló las cuadras mientras se ajustaba el yelmo, sin perder un instante en ceñirse mejor la capa. A unos treinta metros ya le llegó el olor de los excrementos y de la tierra removida por los cascos de las bestias. Vio a una docena de pajes que sacaban apresuradamente las monturas de los nobles. Estos esperaban bajo el alero de un silo de grano, cargados de armas, expectantes y nerviosos, gastándose bromas pesadas y golpeándose los petos mutuamente con aquellos guanteletes que podían abrir una brecha en la mejilla del más duro. Los soldados que Preston había conocido también eran así antes de su primera escaramuza; él había sido así la primera vez. […]


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