Hace algunas semanas Ja Morant salió a la palestra no precisamente por sus dotes de jugador, que lo han hecho uno de los más destacados de la NBA, sino por su conducta inapropiada.
Morant luego de aparecer ebrio en un vídeo mostrando un arma de fuego en un club de alterne, lleno el vaso y lo derramo con esta gota, antes había sido observado por una pelea en un aparcamiento de un centro comercial y de amenazar con una pistola a un chico de 17 años tras una pelea durante un partido de baloncesto en casa del jugador,
Los hechos detonaron en una sanción de la NBA a Morant, una suspensión de ocho partidos , el arrepentimiento del jugador que asumió toda la responsabilidad de sus acciones y la decisión de acogerse a un tratamiento para canalizar sus acciones agresivas.
El joven jugador que fue descubierto por accidente por un ojeador de Murray State al cautivarlo por su habilidad especial con el balón y por su capacidad, cualidades que hoy lo han convertido en uno de los mejores jugadores de la Liga, el líder la de los Memphis Grizzlies, ha puesto en vilo su carrera por su irresponsabilidad.
Su conducta es un mal referente para los aficionados, ya que hoy por hoy estos juzgan por sus acciones no solamente lo que hacen los deportistas en el terreno de juego sino lo que hacen en sus vidas privadas.
Los deportistas deben exhibir cualidades fuera del terreno de juego ya que son figuras públicas y son seguidos por miles de aficionados que en gran parte son niños y adolescentes, deben ser agentes de cambio para la sociedad.
Morant regresó a la pista este miércoles 22 de marzo, participando desde el banquillo de suplentes , el primer encuentro de los 240 anteriores que no saltó de titular.
Esperemos que Morant logre transformar su conducta inapropiada y se convierta en leyenda por su juego y por sus acciones.
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