Aunque parezca una merienda con bizcocho de chocolate, en realidad es jabón. Está hecho con arcilla rosa y barros del mar muerto. En principio hice remolinos con el jabón repartido en dos jarras, una con arcilla rosa y otra con barros del mar muerto pero no me convencían los colores resultantes, ya que no destacaban. Así que lo eché de nuevo en la olla, batí todo y al mezclarse esos dos colores oscuros y pardos apareció una especie de mousse de chocolate.
Y aunque se lo puse a una amiga que vino a casa a tomar un té, conseguí que no se lo comiera. Es un jabón facial excelente para pieles grasas y con acné o granitos y tiene un delicado olor a rosas. Lleva aceite de oliva, coco, palma, ricino y karité. Sin colorante.