Revista Cine

Jack. El legado de Antoine Doinel.

Publicado el 28 septiembre 2015 por Maresssss @cineyear
Publicado en opinamos / por / el 28 septiembre, 2015 a las 5:03 pm /

¿Quién no recuerda (que la haya visto, claro) aquellos pasos por la playa de Antoine Doinel en ‘Los 400 golpes’? De alguna forma, aquel niño sin hogar nos mostraba el desamparo que únicamente puede sentir alguien que está realmente solo en el mundo; la inexpresiva mirada que terminaba por congelarse ante nuestros ojos, marcaba los puntos suspensivos para toda historia futura que de alguna forma se relacionase con ésta. ‘Jack’ (que nada tiene que ver con aquella de Robin Williams…), es el último ejemplo del poder que pueden mostrar los ojos de un niño a través de una cámara.

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Existen multitud de ejemplos a lo largo de la historia del cine de niños abandonados o niños que por la circunstancia que sea tienen que buscarse la vida por sí mismos. Podría citar un buen número de obras imborrables que la mayoría reconocería como tal. Cierto es, que difícilmente se puede permanecer insensible a este tipo de historias, por lo que, aunque suelan ser bastante dramáticas, es fácil empatizar con ellas y sus protagonistas. El caso de ‘Jack’ no es una excepción, pero lo que en un principio parece que va a ser una historia de manual, acaba por sorprendernos en no pocos aspectos.

La historia se ambienta en alguna ciudad alemana de nuestros días, mostrándonos a una madre joven y soltera con dos niños a su cargo; sin embargo, desde el primer momento, es Jack el que cuida de su hermano pequeño la mayor parte del día. Supongo que esta premisa sonará a más de uno, pudiendo hacerse una idea de ciertos giros argumentales más o menos previsibles; aunque cabe señalar el esfuerzo por evitar los clichés más manidos. No hace falta inventar la pólvora, no cabe duda; lo importante es conseguir un buen pulso narrativo y Edward Berger, director y guionista de la película, lo consigue en todo momento.

A medida que la acción avanza, la carga argumental de la historia va volviéndose cada vez más profunda en los aspectos que toca de nuestra sociedad, todo ello con una gran sutileza y siempre a través de las lágrimas que nunca caen de los ojos de Jack. Si bien, el director prefiere ceder parte de realismo en la historia para poder alcanzar un mensaje mucho más amplio, el cual se materializa en un logrado final. Sin duda, una película notable dentro del género y muy de agradecer en los tiempos cinematográficos que corren.

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