Jack Unterweger fue condenado en 1975 a cadena perpetua por el asesinato de una prostituta. Una vez en prisión se convirtió en escritor, especializándose en obras de teatro. Una novela autobiográfica “Purgatorio o viaje al presidio, informe de un culpable”, fue llevada al teatro interpretada por John Malkovich. Aunque dicen que era un autor mediocre, esto fue suficiente para que diversos intelectuales lo señalaran como modelo de preso rehabilitado. Así, un juez le concedió la libertad en 1990. Comenzó entonces a acrecentar su fama concediendo entrevistas, dando conferencias y frecuentando platós de televisión. Su fama de preso reinsertado en la sociedad empezó a esfumarse cuando se sospechó de ser el autor de dar muerte a once prostitutas. El análisis de las fibras encontradas en los cuerpos de nueve de esas mujeres coincidían con prendas de ropa de Unterweger. Además, el pelo encontrado y analizado en otra de las víctimas, Blanka Bokova en Praga, correspondía en un 99,9% con el ADN del asesino-escritor. También añadir que la marca del asesino era la misma en los nueve cuerpos hallados: estranguladas con su propia ropa interior y siempre con el mismo nudo. Otra vinculación de los crímenes con el asesino fue el odio que sentía hacia las prostitutas, plasmado en una de las obras que escribió en prisión. Así, dejaba su huella allá donde iba como conferenciante: dos prostitutas aparecieron asesinadas en Los Ángeles cuando él se encontraba allí, otra como ya he mencionado, en Praga y las demás en Austria. Sabiendo que tarde o temprano le detendrían, escapó rumbó a Miami donde fue detenido y extraditado para ser enjuiciado. El 29 de junio de 1994 un jurado le declaró culpable de cometer el asesinato de nueve prostitutas (las otras dos por las que fue imputado, no pudieron demostrarse la autoría por encontrarse en muy mal estado una vez hallados los cuerpos), por lo que fue nuevamente condenado a cadena perpetua. Horas después del juicio se suicidaría en su celda. Fue encontrado estrangulado por una soga hecha con sus cordones y cinturón, con un nudo parecido al que mató a sus víctimas.