Camaradas,
El Reich tiene que lamentar hoy la primera ejecución por fusilamiento de un civil francés: Jacques Bonsergent, ingeniero de 28 años que el pasado domingo 10 de noviembre de 1940 se vio involucrado en una trifulca callejera entre un grupo de franceses y otro de soldados alemanes.
Jacques Bonsergent.
Serían cerca de las 21 horas cuando Jacques y sus amigos regresaban de una boda con unas copas de más. Caminaban por la calle Saint Lazare a oscuras (la defensa pasiva obligaba a mantener apagadas las farolas) cuando un grupo de soldados alemanes se acercó en dirección opuesta. Los franceses, la mayoría veteranos de la pasada campaña de Francia a los que la magnanimidad del Führer había evitado la reclusión en un campo de prisioneros de guerra, aprovecharon la oscuridad para arremeter contra sus enemigos. Se produjeron empujones y un confuso cuerpo a cuerpo que terminó con varios soldados magullados y un sargento levemente herido.
Después de la cobarde agresión, los franceses abandonaron el lugar de la felonía y se dispersaron. Sin embargo, poco después, Jacques Bonsergent fue identificado por su altura y detenido. En el interior del Hotel Terminus fue interrogado para que revelara los nombres de sus compañeros, pero el rebelde francés se negó, por lo que fue trasladado a la cárcel de Cherche-Midi.
Notificación al pueblo parisino del fusilamiento de Jacques.
No ha ayudado a la suerte de Jacques el hecho de que su detención se haya producido en vísperas de la primera manifestación en la capital francesa contra los alemanes, ni tampoco que el pasado 13 de diciembre el Mariscal Pétain se negara a acudir en persona para recibir las cenizas de Napoleón II y enviara en su lugar a Pierre Laval. A consecuencia de ello, un Tribunal Militar lo juzgó y condenó a muerte el pasado 5 de diciembre y el General Stülpnagel no le concedió el indulto. El Führer ha decidido utilizar su caso como medida ejemplarizante.
Ayer, 22 de diciembre, Jacques Bonsergent escribió una carta de despedida en su celda número 175 de Cherche-Midi. Hoy por la mañana, a primera hora, en un bosque cerca de Vicennes, ha caído bajo las balas de un pelotón de fusilamiento. En verdad, el Reich lamenta esta muerte necesaria.
Jacques Bonsergent, ruhe im Friede!