Colega, ¿Dónde está el futuro?
El screwball es un subgénero cinematográfico de la comedia que apareció a finales de la década de los años '30 y principios de los '40 (el crack del 27 y la crisis económica posterior tuvieron bastante que ver con su aparición). En las screwball comedy, los personajes suelen ser de clase acomodada (o estafadores que se hacen pasar por gente adinerada), que se dejan arrastrar por las circunstancias (incluso los que en un principio puedan aparecer como los más centrados), con un ritmo y diálogos ágiles y rápidos y, además, suelen ser películas optimistas, a pesar de los contratiempos, y con una historia de amor de por medio. Algunos ejemplos de este tipo de género son: La fiera de mi niña, La costilla de Adán, Luna nueva o Arsénico por compasión. Recientemente, quien sabe si debido a la nueva crisis económica, el género parece haber reaparecido con cierta fuerza con títulos como Resacón en las vegas (uno de los títulos sorpresa del año pasado), Noche loca (Date night) o, la que hoy nos ocupa, Jacuzzi al pasado. Si, amigos, ciertamente las comparaciones son odiosas.
En la película, tres amigos que hace tiempo que no se ven deciden ir a pasar tres días juntos en un hotel de montaña donde estuvieron veinte años antes, para intentar revivir la mejor época de sus vidas en plena adolescencia. En su viaje también les acompañará el sobrino de uno de ellos, alguien acostumbrado a ver el mundo a través de la pantalla de un ordenador. El problema está en que una vez llegan a su destino se dan cuenta de que el sitio está hecho un asco y medio abandonado. La cosa cambiará cuando descubran que el jacuzzi de su apartamento es una máquina del tiempo que los transporta directamente hacia 1986, donde deberán volver a repetir lo que hicieron veinte años atrás debido a que cualquier alteración, por pequeña que sea, puede llegar a cambiar el futuro de una forma insospechada. Ya saben, lo típico de las películas sobre viajes en el tiempo, que les voy a contar.
Viajar en el tiempo es algo que se puede hacer en un Delorean gracias a un condenzador de fluzo, o en un jacuzzi gracias a una extraña y energética bebida rusa. El resultado suele ser el mismo más allá de dejar una estela de fuego o agua, según el vehículo elegido. Los paralelismos existentes entre Regreso al futuro y Jacuzzi al pasado, son tan evidentes que la película ni siquiera se esfuerza en ocultarlos: uno de los personajes, en un momento dado de la película, se presenta como McFly frente a un grupo de desconocidos e, incluso, el botones del hotel de montaña, es el actor Crispin Glover, el encargado de interpretar a George McFly (el padre del personaje de Michael J. Fox, en Regreso al futuro). Lo que pasa es que a pesar de que la película tenga la loable habilidad de saber reirse de sí misma, lo cierto es que sablea la película de Robert Zemeckis sin ningún tipo de pudor, pandilla rival, momento musical del futuro y tipo que empieza a desaparecer ante los acontecimientos sucedidos, incluidos.
El hecho de que 1986 sea el año elegido para viajar en el tiempo no es algo casual y viene a significar un par de cosas: a) que los '80 siguen estando de moda; y b) que todavía parece pronto para que empiecen a sacarle jugo a la década de los '90. Además, la década le viene bien a la película debido a que su protagonista John Cusack ya era toda una estrella teen por entonces, con películas como Dieciséis velas, Juegos de amor en la universidad, Cuenta conmigo o Persecución muy, muy caliente. La película también se permite el lujo de recuperar a uno de esos actores desaparecidos en combate: Chevy Chase, que gozaba de gran popularidad con films como Locas vacaciones de una familia americana, Espías como nosotros o Tres amigos. A la hora de la verdad, lo cierto es que su intervención en la película es completamente residual e incluso hay una chica que enseña las tetas en una piscina con mayor línea de diálogo que él. Además, el hecho de que la película transcurra en los '80, en un hotel de alta montaña, en temporada de esquí y con un buscado tono gamberro, enlaza la película directamente con Hot dog, cinta de adolescentes aparecida a la sombra de la trilogía Porky's y demás.
Y es que el mayor fallo de Jacuzzi al pasado es que uno no sabe en ningún momento en que liga está jugando la película. Por momentos parece, como les comentaba al principio de la reseña, una screwball al uso, sobre un grupo de cuarentones en busca de una segunda oportunidad; y al rato la peli se convierte en una ofensiva comedia gamberra de adolescentes especializada en chistes de mal gusto. La película va dando bandadas sin encontrar su punto en ninguno de los dos ámbitos y, encima, el hecho de que se vayan alternando le resta todavía mayor encanto al producto final. En definitiva resulta una película fallida que no se atreve a ser ni una cosa ni la otra, provocando que se quede constantemente muy a medio gas, con un humor muy raspado que tira de clichés ya vistos hasta la saciedad y unos gags bastante flojos que no ayudan a que la película logre remontar el vuelo. Por cierto, la recta final es mala a matar.
Resumiendo: Olvidable subproducto que se mueve entre la comedia alocada y la comedia gamberra y soez, sin terminar de ir hasta el fondo de ninguno de ambos géneros.
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