uchos de ustedes deben haber visto la película “Mi Novia Polly”, en la que Ben Stiller interpreta el papel de un ejecutivo de seguros capaz de evaluar las posibilidades de riesgo de algún cliente. Por lo menos en la película, el empresario que postulaba a un seguro de vida, tenía un vivir bastante fuera de lo común y lleno de riesgos y de deportes extremos. Créanme que si James Cameron en la vida real tiene un seguro de vida, su aseguradora debe haberse vuelto loca con su última travesía. Ser el primer ser humano capaz de descender al abismo más profundo del planeta, ubicado a casi 11 kilómetros al fondo del mar, en las Fosas Marianas, para ser más preciso.
Pero eso no es todo. Junto con la promesa de un “Avatar”2 que revolucionará el mundo del cine, se dio el lujo de hacer esta travesía solo. No le bastó con dirigir las películas más taquilleras en la historia del cine, también obedeció a sus instintos de director y explorador. Siempre le ha llamado la atención el océano, tanto así que describió su experiencia como “Me sentí como si, en el espacio de un día, hubiera ido a otro planeta y vuelto”. No es para menos, porque esos “cojones” son de verdad y no un invento más de la ciencia ficción. Eso marca la diferencia. La mayoría de las personas que alcanzan el éxito suelen encerrarse en una burbuja de protección, que evita los riesgos y cuida los triunfos. A lo más los pule.
No es Ciencia Ficción. Es la realidad mucho más allá de un film.
James Cameron se dio el lujo, a sus 57 años, de ser el primer hombre en explorar el más profundo y desolado de los paisajes marinos, tras desarrollar una tecnología propia y una preparación de 7 años. “Caer en la oscuridad es algo que un robot no puede describir”, agregó. Qué frase más acertada. La tecnología no puede reemplazar los ojos de una persona y cómo estos son capaces de impregnarse de sensaciones y puntos de vista, que a flote, podrá describir y usar en la vida real. Ya sea en una película, documental o historia, fue capaz de demostrar que la Ciencia Ficción también puede ser real y que uno mismo puede ser el protagonista o héroe de una historia.
El Submarino “DeepSea Challenger” no sólo tiene el sello de la tecnología de James Cameron. También es el producto de 7 años de esfuerzo para desarrollar esta hazaña.
Lamentablemente tuvo que acortar su presencia en el abismo por un problema en el sistema hidráulico del submarino (lo que le debe haber agregado más emoción al caso), pero algo me dice que no se quedará ahí. Muchas veces olvidamos por qué emprendemos. Es como si perdiéramos la brújula, el norte y el sur, pero estos ejemplos me ayudan a entender por qué y para qué hay que hacer las cosas.
Estaré atento a las próximas aventuras del “DeepSea Challenger”, tecnología con el sello de calidad e innovación de uno de los grandes directores de cine de toda la historia.
James Cameron tiene actualmente 57 años.
Trabajó como maquinista, camionero y chofer de autobus escolar, mientras en las noches escribía historias y pintaba. Pero bastó ver Star Wars para que se diera cuenta que lo suyo era el Cine.
James Cameron entregando una de las instrucciones en “The Terminator”
James Cameron posee a su haber las 2 películas más taquilleras en la historia del cine.