Hoy os recomiendo la exposición de James Coleman que se mostrará en el Museo Reina Sofía hasta el 27 de agosto. La propuesta consiste en recorrer la trayectoria del artista, y su unicidad radica en que es la primera gran retrospectiva del artista y además, constituye la muestra más completa que se ha organizado hasta la fecha.
La exposición, que contiene obras fílmicas inéditas de primeros de los 70, busca la reflexión del público a través del cine, el video y la fotografía, creando imágenes en serie.
La intención del autor, principalmente, se basa en que el espectador se interactúe con la concepción de espacio, y experimente en él mediante el juego de conceptos opuestos basado en la cercanía y la lejanía de las piezas. Esto lleva a considerar nuevamente la manera de entender la construcción y vivencia de la realidad, tanteando para ello los terrenos relacionados con la percepción, la representación, la memoria y la identidad.
A partir de las diapositivas, que tienen un orden sincronizado y pensado, y de sonidos, ritmos y el mismo entorno en el que se expone,crea una relación de complicidad entre el espectador y la obra que da lugar a repensar cómo la interpretación conforma la comprensión de lo que vemos, y por lo tanto, a dejar que la aportación personal sea la que determine la propia vivencia de la exposición de cada uno.
Conformada por unas quince obras, la muestra incluye desde sus piezas iniciales, realizadas en Milán en los años setenta, hasta su trilogía de los años noventa formada por Background, Lapsus Exposure e INITIALS, así como otras piezas fundamentales tales como Charon (MIT Project), Fly, Box, Clara and Dario, Untitled: Philippe VACHER y la obra Retake with Evidence. Todo ello se ambienta en grandes espacios vacíos y silenciosos que crean un recorrido fluido, y ayudan a lograr el objetivo de incorporar al espectador en su obra.
Coleman, que define como “espectáculo” su arte, logra con destreza, señalar la mirada como elemento decisivo en el entendimiento de la realidad que nos rodea, y de este modo, despertar la responsabilidad de la audiencia dejando a su cargo la obligación de sacar sus propias impresiones. Desde luego, muy recomendable.