Revista Ciencia

James Dean, el gato Marcus y el gato Louis XIV

Por Nazarinasociacion

James-Dean-2

¿Quién no ha oído hablar de James Dean? Su muerte prematura, a los 24 años, le convirtió en una leyenda y en el símbolo del sentimiento de desilusión que se apoderó de una parte de la juventud estadounidense en la década de los cincuenta. Solo rodó tres películas, “Rebelde sin causa” (1955), “Al Este del Edén” (1955) y “Gigante” (1955) antes del fatal accidente de coche el 30 de septiembre de 1955 mientras se dirigía a Salinas, California, en su Porsche 550 Spyder para participar en una carrera.

Foto de Sandford Roth

Foto de Sandford Roth

Se ha escrito mucho sobre el joven actor, pero en cuanto al tema que nos interesa, su amor por los gatos, hemos descubierto que existen numerosas contradicciones. Se encuentran fotos de Dean con un gatito y otras con un gato adulto, ambos siameses. Sabemos que el gatito era suyo y que el otro era Louis XIV, el siamés del fotógrafo Sanford Roth, un gran amigo del actor, y de su esposa Beulah Roth (https://gatosyrespeto.org/?s=el+gato+cosmopolita). Se dice que el gatito se llamaba Marcus en honor a su tío o a su primo hermano. Ambos se llamaban Marcus, pero dado que el primo tenía 11 años cuando falleció Dean, es lógico suponer que fue en honor a su tío, el hombre que le crió. Muchos blogs cuentan que Marcus fue un regalo de Elisabeth Taylor durante el rodaje de “Gigante”, pero Beulah Roth tiene una historia diferente… Y nos fiamos de Beulah. Le conoció personalmente y escribió un libro sobre él con fotos realizadas por su marido. Más aún, en otro libro suyo, “El gato cosmopolita”, le dedica cuatro páginas y habla del gatito Marcus, aunque nunca le llama por ese nombre. A continuación hemos traducido algunos pasajes del capítulo catorce titulado “James Dean”.

James Dean en casa de los Roth

James Dean en casa de los Roth

Un día, mi marido me llamó desde Warner Brothers:

– ¿Te importa si traigo a un chico a cenar? Trabaja en “Gigante”. ¿Qué has preparado?”

– Pollo al curry. Si es joven, no le gustará. ¿Cómo se llama?

– Jimmy Dean.

Tragué saliva y me apresuré a ponerme una mascarilla facial de fresa.

Jimmy entró en casa por primera vez esa tarde de verano. Mi marido nos presentó; me dio la impresión de ser taciturno, arisco y muy joven. No sé comunicarme con los jóvenes, pero Louis sí supo qué hacer y me salvó saltando a su regazo. Me preocupó que Jimmy le abrazara con fuerza, pero Louis no protestó, se limitó a ronronear. Se hicieron amigos en ese momento.

Y menos mal, porque Louis estuvo en las rodillas de Jimmy durante toda la cena, que no tuvo nada de éxito. Jimmy no entendió cómo podía ponerse coco en la carne. Estaba acostumbrado a comer hamburguesas y chili con carne.

James Dean y Louis XIV

James Dean y Louis XIV

James Dean jugando con Marcus

James Dean jugando con Marcus

Beulah y Jimmy descubrieron que a los dos les gustaban las ciruelas, y el joven actor le mandó toda la abundante cosecha del ciruelo de su jardín. Beulah pasó varios días haciendo mermelada, tartas, etcétera. Pero volvamos al capítulo:

 A partir de ese día vino a menudo a casa, a veces porque le invitábamos y otras simplemente se presentaba, siempre era bienvenido. No sé si venía a ver a mi marido o a mí. Le caíamos bien, pero adoraba a Louis y acabamos por entender que era el invitado de Louis. Como buen anfitrión, Louis le dejaba sentarse en el trono, un sillón veneciano del siglo XVIII. Diseñado para aristócratas, tapizado con brocados, el sillón parecía ofenderse con la intrusión de las largas piernas revestidas de tela vaquera de James Dean. Y aquí, en una posición algo incómoda, se dormía con Louis en el regazo. Los dos soñaban.

A continuación dice que Jimmy Dean nunca se reía a carcajadas, como si la exuberancia le avergonzase, y que se entusiasmaba por cosas tan diferentes como las motos, la música clásica, el jazz, las corridas de toros, la tarta de manzana y los gatos. Le gustaban compositores como Bartok y Schoenberg, además de la música africana, y acababa de descubrir a Sartre, Genet y Malaparte, por lo que le entraron muchas ganas de visitar París, Roma y Venecia, pero no tuvo tiempo para hacerlo, y Beulah sigue diciendo:

James Dean y Marcus

James Dean y Marcus

James Dean, Beulah Roth y Louis XIV (foto de Sanford Roth)

James Dean, Beulah Roth y Louis XIV (foto de Sanford Roth)

Sé muy poco acerca de su vida personal (era el ser humano que menos hablaba de sí mismo que he conocido), como si hubiera un vacío, una extraña cortina de gasa entre el mundo y él.

Pero no había cortina entre los gatos y él. Y decidió que debía tener uno que se pareciese lo más posible a Louis. Me pidió que le ayudara a encontrar un siamés. Estudiamos los anuncios en los periódicos y por fin encontramos uno en Venecia, California, claro.

Venecia, California, es un lugar de lo más deprimente, diseñado por un constructor muy imaginativo y con muy poco gusto a principios de este siglo como una pobre imitación de Venecia, Italia. Ahora, los canales están vacíos y llenos de basura; las calles están pobladas de beatniks barbudos y chicas con medias negras.

Lavando su Porsche (Foto de Sanford Roth)

Lavando su Porsche (Foto de Sanford Roth)

Sigue diciendo que nadie reconoció a Jimmy Dean mientras paseaban por las calles de la falsa Venecia. Recogieron al gatito más precioso y perfecto, y antes de irse visitaron el hotel St. Mark, donde supuestamente había dormido Sarah Bernard.

Me llamaba tres o cuatro veces al día para saber qué debía hacer con el gatito; el mismísimo Dr. Spock no habría cuidado mejor de un niño.

Pesaba su comida, le tomaba la temperatura, le medía para saber si crecía adecuadamente, examinaba la caja de arena para asegurarse de que no tenía gusanos, le llevaba regularmente a visitar al veterinario, le sujetaba mientras le vacunaban, le hizo una camita, pero acabó dejándole dormir con él, le amaba, cuidaba, mimaba, toda su vida giraba en torno al gatito.

Podía haber tenido a cualquier chica, cenar en grandes casas, salir, pero prefería estar con un gatito siamés. Solo tenía una queja, le hacía madrugar.

– No me gusta madrugar, Beulah.

– Pues no madrugues, puedes permitírtelo.

– Pero es imposible con un gato. A veces me pregunto si vale la pena tener un gato, te obliga a madrugar muchísimo. Ojalá no me hubieras convencido.

– Puedes regalarlo.

– ¿Regalarlo?

– Conozco a alguien que se muere por tener un pequeño siamés. Son muy responsables, cuidarán de él.

– Pero ¿tienes piedras en la cabeza?

– No, Jimmy, intento ayudarte.

– No me lo parece.

– Verás, si de verdad quieres deshacerte del gato…

– ¿Deshacerme de él?

Estaba horrorizado, y siguió diciendo:

– Antes me muero. Él es lo que más quiero en el mundo.

James-Dean-1

Marcus equilibrista

Marcus equilibrista

Parece ser que la víspera antes de irse a Pasadena dejó a Marcus al cuidado de su amiga Jeanette Doty con una nota indicando cómo debía cuidarle. Esta es la traducción de la nota:

1 cucharadita de jarabe Karo

1 lata grande de leche evaporada

la misma cantidad de agua destilada o hervida

1 yema de huevo

Mezclar y enfriar

No le des carne o leche fría

1 gota de vitaminas diaria

Lleva a Marcus al Dr. Cooper en la calle Melrose la semana que viene, toca vacunarle.

Nota con instrucciones

Nota con instrucciones

Dirán que no nos fiamos de nadie, pero… ¿por qué iba a dejar James Dean a su gato con una amiga si Pasadena está al lado de Los Ángeles? Y si quería dejar el gatito a alguien, ¿no habría sido más lógico dejarle con Beulah Roth? Sobre todo porque Sanford Roth le acompañó en ese último viaje. Seguía al Porsche en otro coche y fue testigo del accidente. Y por último, la receta para la leche no parece adecuada para un gatito…


James Dean, el gato Marcus y el gato Louis XIV

Volver a la Portada de Logo Paperblog