“Si tus fotos no son buenas es que no te has acercado lo suficiente”, dijo el fotógrafo de fotógrafos Robert Capa.
Esa frase fue el lema de vida, de apertura e inspiración del documental de James Nachtwey, el corresponsal de guerra más reconocido de los últimos tiempos.
Sus cámaras, testigos de experiencias horrorosas, se encargaron de registrar lo más bajo de la humanidad: el dolor, las pérdidas, la pobreza, las luchas territoriales, asesinatos, bombardeos, hambrunas, y la desolación después de la nada.
Respetuoso e incisivo, Nachtwey captura el instante metiéndose casi en la piel de quien vive en el infierno.
Siempre me llamó la atención la decisión de ciertos profesionales de vivir al límite, y también me pregunto cómo quedan sus cabezas luego de sentir el espanto a centímetros de sus cuerpos.
Tal vez, un panorama un tanto extremista y novelado sea el narrado por Arturo Pérez Reverte, en su libro ” Pintor de batallas”.
Curiosos y solitarios, van en busca de lo más crudo. Silenciosos y con una oscura carga intentan cumplir su misión en el mundo. Solo basta activar su ojo mecánico y vivir para contarlos. (MP)