Si, lo se. Parece imposible que alguien mire con recelo al jamón (producto patrio que nos hace llorar con lagrimones como puños cuando llevamos mucho tiempo sin probarlo) pero tened en cuenta que nosotros miramos con recelo cuando un chino come perro. Es una cuestión cultural.
En 2009 viajé a Perú mientras vivía en Chile y tuve la oportunidad de probar el Cuy. Más conocido aquí como cobaya o conejillo de indias, es el resultado del cruce de varias especies del género Cavia realizadas en la región andina de América del Sur. Puede alcanzar un peso de casi 1 kilo y vive entre 5 y 8 años. Vamos que es un animal tal que así...
Y cuando lo cocinas te lo presentan tal que así...
¿A qué sabe el Cuy? efectivamente... a pollo no. El sabor es parecido al de un conejo asado pero con un sabor un tanto particular. Puede que estés pensando que no te lo comerías pero creedme si os digo que cuando ví como se tenía la carne de vaca en ciertos mercados... lo que no probaría allí es esa carne. La falta de cadena de frío, la presencia de moscas y mascotas y la falta de higiene del personal era mucho peor que darle un bocado a una cobaya (que por otro lado no tiene mucho donde comer, la verdad).
Y es que lo que en una cultura se considera alimento en otras puede que sorprenda o choque un poco. Es lo que sucede con los insectos en occidente.
En la actualidad se han documentado casi 2000 especies de insectos aptas para el consumo humano y ya se pueden encontrar en algunos supermercados españoles como Carrefour. Hace cosa de un año compré una cajita de gusanos en el Carrefour. Voy a reconocer que igual que Mario en su vídeo de Sefifood , yo también probé primero las barritas y me gustaron bastante. Lo que vino a ser los gusanos... mehhhh, ni fú ni fá. Igual como topping de una ensalada entran, pero vamos, nada del otro miércoles. También os digo que se puede comer insectos pero no hace falta que san enteros. Yo un pan de insectos me lo como divinamente, ¿y luego nos quejamos que se pone malo y le salen gusanos?. Somos así de raros.
No he podido salir a comprarlos ni hacer fotos (semana santa y confinamiento... ya sabéis). Pero gracias al vídeo de Mario tenemos las etiquetas nutricionales.
Veamos la etiqueta de los gusanos molitores, por ejemplo. Levan un mix de especias y conservantes como sal, ajo, azúcar, plantas aromáticas, pimienta, etc.
En cuanto al valor nutricional presentan 27,7 gramos por cada 100 de grasas de las cuales son saturadas 6,6. Carbohidratos tiene 17,6 g de los cuales azúcares son 7,5g. Fibra 7 gramos y proteína 35 gramos.
Si tenemos en cuenta que la carne tiene entre un 23 % (conejo) y 17% (cerdo) de proteína, nos encontramos con un producto con un alto valor nutricional en proteínas que los culturistas deberían de ir pensando en consumir (tanto pollo y tanto pollo y batidos).
El resto de etiquetas son muy parecidas. El grillo tiene 32,9 gramos de proteìnas por cada 100 y algo menos de grasa (17,7 g). El gusano búfalo en cambio tiene 43 gramos de proteína (casi llega a la mitad) y 20 gramos de grasas.
El cuidado hay que tenerlo como siempre en el producto completo. Si estas harinas de insecto se empiezan a vender en barritas con mucho azúcar, sal y grasas saturadas pues se convertirán en productos poco recomendables. Si se venden como una fuente de proteínas muy rica sin otro particular posiblemente estemos ante una gran alternativa a la carne con un impacto ambiental mucho más discreto y mejor para el medio ambiente.
Eso sí, por ahora, donde se ponga un buen filete de carne.. a mi me dejan de Cuy, de grillos y de chorradas.