Jane EyreAutora: Charlotte Brontë
Traductora: Elizabeth PowerEditorial: Alianza
ISBN: 9788491042273Páginas: 646
Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio. (Sinopsis de la editorial)
Jane Eyre es uno de los personajes más conocidos en la literatura universal. Y no es para menos: en su libro, Charlotte Brontë consigue meternos en la historia de Jane de tal manera que mucho tiempo después de acabarlo esta institutriz seguirá con nosotros.
Jane Eyre es una novela redonda porque tanto los personajes como la ambientación y la historia están excepcionalmente bien trabajados. En cuanto a los personajes, Jane destaca sobre todos los demás: ella es una chica que, tras su apariencia un tanto anodina y apocada, esconde un carácter fuerte y una voluntad de hierro que la hará actuar siempre de acuerdo a sus principios. Para un libro de esta época Jane no es un personaje habitual: su fin en la vida no es exclusivamente encontrar un marido y tener hijos, sino que preferiría mil veces seguir soltera que hacer algo que fuese contra sus convicciones.
El señor Rochester es otro personaje maravilloso. Es extraño cómo Charlotte Brontë consigue cautivarnos con él (al menos conmigo lo hace) a pesar de que su comportamiento no es el más adecuado en muchos momentos. Por ejemplo, estoy pensando en la forma en la que trata al ama de llaves, la señora Fairfax, y sobre todo a Adèle, la pequeña protegida del dueño de Thornfield Hall. Aparte de Jane y Rochester, los personajes secundarios tienen también una gran importancia: la ya nombrada señora Fairfax, Grace Poole, la desagradable señora Reed,... Todos ellos, aparezcan más o menos, son imprescindibles para la historia.
Otro aspecto reseñable de este libro es su magnífica ambientación: tanto los interiores de Thornfield Hall o la escuela Lowood como los paisajes exteriores están descritos al detalle, pero nunca de forma que interrumpan la historia ni hagan que perdamos el hilo de lo que está sucediendo. Estas descripciones cumplen perfectamente el papel de meternos de tal modo en lo que ocurre que podemos imaginarnos allí.
Y por último, lo que hace a este libro tan especial es su historia. Brontë no da tregua al lector con una narración en la que se suceden una infancia infeliz, una historia de amor no demasiado al uso, un misterio muy truculento dentro de una gran mansión,... Es difícil que no conozcáis ya el argumento de Jane Eyre aunque no hayáis leído el libro, puesto que existen una gran cantidad de adaptaciones, tanto en forma de película como de serie de televisión. Aunque ya sepáis lo que sucede no deberíais perderos la experiencia de leerlo (a pesar de la calidad de muchas de las adaptaciones, no tienen comparación con la novela). Si no lo habéis leído ni habéis visto ninguna adaptación, ¿a qué estáis esperando?Esta reseña fue publicada anteriormente en Anika entre libros
Nuestra recomendación no podía ser otra que una de las adaptaciones de esta novela. Tal vez no sea la mejor, ni la más fiel al original, pero es una de las que a mí más me gustó. ¿Será por ese Rochester interpretado por Fassbender?