Revista Cultura y Ocio

"Jane Eyre", de Charlotte Brontë: un clásico muy moderno

Publicado el 22 abril 2016 por Lidiacasado

Título: Jane Eyre
Autora: Charlotte Brontë
Traductora: Elisabeth Power
Editorial: Alianza
Género: novela de aprendizaje, romántica
Páginas: 656
Publicación: 21/01/2016
ISBN: 978-84-9104-227-3

Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.
  "¿Pero cómo tú, siendo tan feminista como eres, no habías leído Jane Eyre hasta ahora?", me preguntó una amiga cuando le conté que estaba leyendo la novela de Charlotte Brontë para la lectura conjunta que ha organizado Carmen y amig@s. Y eso mismo me pregunto yo, ahora que he terminado la novela. ¿Cómo he podido tardar tanto en leer esta obra? Menos mal que ya lo he solucionado.
   Porque he de decir que Jane Eyre me ha encantando. Me ha gustado el argumento y cómo lo trama pero, sobre todo, me ha enamorado la personalidad que Brontë crea para esta heroína que tiene ideas tan peculiares sobre las relaciones de pareja, la valía de las mujeres, las señas de identidad que debemos valorar en los demás, la justicia y las leyes.
    Mientras leía la novela, no he podido compararla con las de Jane Austen y, aunque es verdad que Brontë es unas décadas posterior, lo cierto es que el modelo de mujer, de sociedad e incluso de hombres que presenta es totalmente diferente (y digo que presenta Austen, no que defiende). Y, lo que es más, el discurso de Eyre me parece muy actual, todavía vigente, lo que me hace pensar que en casi dos siglos (la obra fue publicada originalmente en 1847) hemos avanzado en algunas cosas pero en otras, o no lo hemos hecho, o estamos volviendo hacia atrás.
    Lo he pensado, concretamente, en el momento en el que el señor Rochester le canta una balada amorosa en la que se habla de la visión clásica del amor como posesión e, incluso, se dice que ella vivirá siempre con él y morirá con el amado. La reacción de Eyre no se hace esperar: "tengo derecho a morirme cuando me llegue mi hora" y no cuando usted crea que ha llegado, poniendo así de relieve el matiz de egoísmo y de dominación que muchas veces se esconde bajo ese concepto del amor. "Acepto lo que dices pero otra hubiera caído rendidita a mis pies tras esta canción", viene a responder el señor Rochester. Y yo no me podido evitar pensar que hoy en día también pasaría lo mismo y en ese montón de novelitas románticas y canciones que propugnan un tipo de amor que no es amor sino dominación.
   De igual manera, Eyre apuesta por un amor entre iguales (no iguales desde el punto de vista económico, ni de edad, ni de posición social) pero sí de iguales como persona y, sobre todo, como intelectos. Un amor que no valora ni lo físico ni el dinero y que solo se centra en la conexión entre dos personas, dos formas de pensar y de sentir.
    Además, también ataca esa idea tan extendida (siempre y, por lo tanto, también hoy en día) de que el amor todo lo puede y el amor es siempre lo primero. Eyre antepone (y lo hace en dos momentos de la obra) sus principios y lo que ella considera justo y honesto al matrimonio o al amor. Apuesta, así, por un matrimonio por amor, en primer lugar, pero también por un matrimonio digamos legal, ajustado a las leyes de la justicia pero también a las normas por las que se rige a sí misma. Fidelidad a sí misma por encima de todo. Olé Eyre.
   Por eso, me ha chirriado un poco que se califique esta novela como romántica. Lo es: efectivamente, hay una historia de amor, una GRAN historia de amor. Pero no creo que sea la idea central de la novela. Esta es una novela de aprendizaje, de carácter, de personaje e, incluso, de tesis, antes que una "mera novela de amor".
   Brontë utiliza la primera persona y el tiempo pasado para contarnos la historia de una Jane Eyre que se nos presentado desde dentro y desde fuera, en lo que cuenta y en cómo lo cuenta, lo que nos acerca mucho más al personaje y a su carácter. Porque Eyre utiliza un lenguaje directo, potente, vital, honesto y en ocasiones poético y reflexivo, tanto en la narración como en los diálogos, lo que le vale ser considerara como apasionada por otros personajes.
    Seguiré hablando de Jane Eyre cuando tenga que compararla con Ancho mar de los sargazos y Rebeca, tal y como pide la lectura conjunta, así que de momento lo dejo aquí. Baste con señalar mi admiración por la obra y por esa Eyre vital, independiente, preocupada más por el intelecto que por la belleza, por los valores que por el mero amor y que me parece todo un modelo que imitar. Incluso hoy en día. 

UNA ADAPTACIÓN RECORTADA PERO CORRECTA


 He aprovechado la lectura de esta novela clásica y el Reto Boo&Moovie para ver la adaptación que de ella se hizo en 2011, dirigida por Cary Fukunaga y protagonizada por Mia Wasikowska y Michael Fassbender. La verdad es que me ha parecido que la película reproduce muy bien la atmósfera de la novela aunque he echado de menos algunos de los parlamentos más reivindicativos de Eyre, por lo que su configuración como personaje se me queda un poco corta.
   También se queda corto el argumento, por razones obvias: suprimiendo o resumiendo hasta el mínimo algunas de las subtramas que aparecen en la novela, la película ya dura casi dos horas, así que como para no hacerlo.
   Asimismo, también rompe el orden cronológico de la novela de manera que la película comienza in media res, por lo que genera algo más de intriga. También es verdad que a un espectador poco experimentado (Lucía la vio conmigo. No es una película para niños pero a ella le gusta ver películas de mayores también y, siempre y cuando no haya sexo o violencia, no veo qué mal hay en ello, si a ella le interesa la cinta en cuestión. Pero, claro, se nota su inexperiencia como espectadora) le puede parecer complicado separar los tiempos y ordenar de la historia, pero yo creo que queda bastante claro.
    La fotografía, la ambientación, la música, el ritmo lento y las escenas que se detienen en los detalles y en la poesía de la vida le sientan muy bien a esta historia porque imprimen un sosiego y una paz de la que carece un argumento con tanta carga dramática como este.
   Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto 100 libros: 25/100
  • Reto Genérico: 17 (1/2 clásicos)/40
  • Reto Olvidados: 7
  • Reto Book&Moovie: 4/6

Volver a la Portada de Logo Paperblog