Revista Cultura y Ocio

JANE KENYON: ‘Pero un día, lo sé, será de otra manera’

Por Susanabb
JANE KENYON: ‘Pero un día, lo sé, será de otra manera’
   En la primavera de 1995, ya cercana su muerte, Jane Kenyon dijo: “Morir es fácil… lo peor es la separación”. Tres años más tarde, Donald Hall, terminaba su poema con estas palabras también dichas por Jane Kenyon: “Timor mortis conturbat me”. Kenyon que nació en Ann Arbor, Michigan, en 1947, estudió en la Universidad de Michigan. En 1969 conoció a un joven, con el que se casaría en 1972. Este joven era el poeta Donald Hall, con quien vivió en Wilmot, New Hampsire, en una casa de campo del siglo XIX que perteneció a la familia de Hall. Kenyon murió el 22 de abril de 1995 después de quince meses luchando contra la leucemia. No fue fácil su vida, pero aun así el matrimonio fue feliz. Hall escribe: “Pasamos juntos casi veinte años en Eagle Pond Farm, trabajando por separado en una empresa común, gozando juntos la tierra, la casa, la iglesia y los amigos” (…)
   Vivió en contacto con la naturaleza y solía decir también que “entre pucheros”. Admiraba a Anna Ajmatovay la tradujo al inglés. Sus lecturas preferidas fueron los poetas: Emily Dickinson, Elizabeth Bishop, Keats y Chejov (…)   LA ESPOSA ENFERMA, sería el último poema que escribió Jane Kenyon (…)   Donald Hall, que es autor de más de una docena de libros de poesía y varios en prosa, publicó en 1998 un libro titulado “Whitout” que lleva esta dedicatoria: “In memoriam, Jane Kenyon 1947-1995”. Es este un documento escalofriante y hondo de tono elegíaco que nos dice la enfermedad y la muerte de su mujer y de “esa separación” de la que hablaba Jane (…)JANE KENYON: ‘Pero un día, lo sé, será de otra manera’
DOS DÍAS SOLA Tú no estás aquí. Mantengo el fuego encendido, aunque no hace frío, alimentando la estufa hambrienta. Leo el periódico de la tarde mientras cinco generaciones me observan por encima del hombro.
En la leñera
la oscuridad me rodea y penetra en mí. El único sonido que escucho es mi propia respiración. Quizás ya no encaje aquí. Nada me dice lo contrario.      ***
LAS PINZAS DE MADERA Cuánto mejor es
echar leña al fuego
que lamentarse sobre la vida.
Cuánto mejor es
tirar la basura
en el estiércol o prender la sábana
limpia en la cuerda
con unas viejas pinzas de madera. 
***  ABRIGOS  Le vi salir del hospital con un abrigo de mujer sobre el brazo. Evidentemente ella no lo iba ya a necesitar. Las gafas de sol que llevaba no podían ocultar su cara húmeda y su desconcierto.
Como una burla el día era brillante y suave el aire para ser diciembre. Aun así se subió la cremallera de su abrigo y se ató la capucha bajo la barbilla, preparándose para un frío irremediable.    ***
PEONÍAS AL ATARDECER Peonías blancas florecen a lo largo del porche  irradiando luz mientras el resto del patio se oscurece.
Flores llamativas, grandes como cabezas humanas. Tambaleándose por su propia exuberancia, tuve que apuntalarlas con estacas y bramante.
El aire húmedo intensifica su perfume  y la luna se mueve alrededor del establo para saber de dónde viene ese olor.
En la tarde crepuscular de junio me acerco un brote e inclinándome lo observo como una mujer observa el rostro del amado. *** JANE KENYON: ‘Pero un día, lo sé, será de otra manera’
FIESTA AL AIRE LIBRE EN SEPTIEMBRE
Nos sentamos con amigos a la mesa
Redonda de cristal. La conversación es inteligente;
Todo el mundo está a su altura. Las abejas
Se acercan a las mondas helicoidales de pera
En tu plato.
Desde mi regazo o desde tu mano
El sabor de nuestra privacidad matinal
Viene flotando. Un sol de otoño
Pasa a través del vino. 

EL MURCIÉLAGO
Estaba leyendo sobre racionalismo,
el tipo de cosas que hacemos en el norte
al comienzo del invierno, cuando el sol
deja de trabajar a las cuatro y cuarto.
Quizás el mundo es inteligible
para las mentes racionales;
y quizás encendemos las lámparas al anochecer
para nada…
Entonces oí ruido de alas sobre mi cabeza. 

EL PRETENDIENTE
Nos acostamos dándonos la espalda. Las cortinas
suben y bajan
como el pecho de alguien que duerme.
El viento mueve las hojas del viejo boj,
mostrando sus claros reversos
al dar la vuelta todas a la vez
como un banco de peces.
De pronto, comprendo que soy feliz.
Durante meses este sentimiento
se ha estado acercando, ha permanecido
en breves visitas como un tímido pretendiente.

JANE KENYON: ‘Pero un día, lo sé, será de otra manera’
DE OTRA MANERA 
[Artículo de Max Vergara Poeti en LETRALIA nº 166] Jane Kenyon 
 164 páginas Traducción y dirección de: HILARIO BARRERO Editorial Pre-Textos
Valencia, 2007.
----DE OTRA MANERA
Me levanté de la cama con dos piernas fuertes. Podría haber sido de otra manera. Comí cereal, leche dulce, un melocotón maduro, perfecto. Podría haber sido de otra manera. Llevé el perro cuesta arriba al bosque de abedules. Toda la mañana hice el trabajo que me gusta.
Al mediodía me acosté con mi compañero. Podría haber sido de otra manera. Cenamos juntos en una mesa con candelabros de plata. Podría haber sido de otra manera. Dormí en una cama en una alcoba con cuadros en la pared y planeé otro día exactamente igual a éste. Pero un día, lo sé, será de otra manera.
 

   "Yo creo que escribir esos poemas fue mi esfuerzo para comprender y controlar lo que me estaba ocurriendo. Para mí la poesía es siempre un lugar seguro, un refugio y lo ha sido desde que la estudié en la escuela primaria, así pues era natural para mí escribir sobre estas cosas que ocurrían en mi propia alma" - JANE KENYON
 Para Elisa con cariño

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