CHAPTER ONE (24 DE ENERO)
Jane The Virgin, nominada a la mejor serie de comedia en los Globos de Oro de 2015 y por la que su protagonista, Gina Rodríguez, ha obtenido el premio a la mejor actriz, es la serie que tu novia te obligará a ver. Aunque podría ser peor.
Concebida como un falso culebrón, utiliza como excusa la parodia del género de la telenovela latinoamericana para servirse de los múltiples giros -inverosímiles- que caracterizan clásicos como Cristal (1985) o La dama de rosa (1986). Algo parecido a la estrategia de Escándalo en el plató (Michael Hoffman, 1991) con respecto a la Soap Opera estadounidense. Pero no nos engañemos. A pesar de ser un remake de la exitosa Juana la virgen (2002) un auténtico culebrón venezolano -153 capítulos en un solo año- Jane The Virgin no es un melodrama sino una comedia romántica al uso, innegablemente destinada a un público femenino -ahí está el diámetro de los bíceps de los personajes masculinos- cuyo ritmo frenético dista muchísimo de la morosidad narrativa que impera en los seriales -diarios- de la televisión latinoamericana. En el primer capítulo de Jane The Virgin ocurren más cosas que en una temporada entera de Amar en tiempos revueltos (2005). Tengo serias dudas sobre lo que puede ocurrir en las 21 entregas que restan de la primera temporada. En este sentido, aplaudo la ambición de los guionistas, pero lo más seguro es que el ritmo tenga que aminorar.La historia de Jane The Virgin cobra vida gracias a unos actores "latinos" cuyos personajes están bastante cerca de un estereotipo que parece hacer gracia últimamente: allí está la colombiana Gloria que encarna Sofía Vergara en Modern Familiy (2009). Hay además en esta serie alguna decisión de casting dudosa: Gina Rodríguez nació en 1984 y su madre en la ficción, Andrea Navedo, en 1977. Pero, al menos en este primer capítulo, los actores no parecen precisamente de culebrón: esa es una escuela interpretativa completamente diferente, la de aguantar la mirada eternamente.Lo más duro, para mí, de Jane The Virgin, es la aparentemente inevitable banda sonora plagada de cantantes latinos y esa voz en off de narrador omnisciente que parece buscar un tono de cuento que me resulta irritante: me recuerda a Mujeres desesperadas (2004), otra de esas series que tu novia te obligaría a ver.