Cuando en el articulo Volver, una pausa para llegar más lejos dijimos que nos íbamos a Argentina por tres meses para llenarnos otra vez de energía y cariño de nuestros familiares y amigos, no mentimos. Volvimos por la revancha a Japón ya que nuestra estadía en diciembre de 2014 no había sido satisfactoria. No habíamos disfrutado mucho del invierno japonés. Quizás porque no lo comprendimos en ese momento o no era nuestro tiempo adecuado para visitarlo. La cuestión es que el 1° de abril arribamos a Osaka con todas las pilas cargadas y con otra actitud. Veníamos por la revancha. y éste cambio en nosotros se hizo presente desde el primer momento.
El milagro del paraguas
Arribamos a la estación de Shin Osaka, ya que tendríamos una nueva experiencia Couchsurfing por ese barrio. Cuando salimos a la calle esta lloviendo muy fuerte, por lo que nos quedamos esperando en la puerta de la estación hasta que pare. Pero el tiempo parecía que no quería cambiar. De pronto se produjo lo que nosotros hemos denominado el Milagro del Paraguas. Una señora se acerca a Laura y le ofrece su paraguas. Laura entre emocionada y agrdecida lo acepta. Y vemos como esta amable señora se aleja sentada en el portaequipaje de una bicicleta conducida, por lo que suponemos, era su marido, bajo la lluvia y con un solo paraguas para los dos. En ese entonces supimos que Japón nos daba la bienvenida nuevamente y nos decía que ésta iba a ser una buena estadía. ¿Karma? Tal vez...
Y lo fue. pasamos 10 hermosos días en Japón, donde conocimos personas extraordinarias con las que compartimos grandes momentos.
Viajamos para conocer personas
Primero estuvo nuestro anfitrión y luego buen amigo couchsurfer Mooha. Un Sudanés-Canadiense que nos abrió las puertas de su departamento en el barrio de Shin Osaka y nos hizo sentir como si estuviéramos en nuestra propia casa desde el primer día. Nos llevó a pasear en bicicleta por la ciudad. Nos cocinó comida sudanesa. Y lo mejor de todo es que nos hicimos muy buenos amigos gracias a las largas y profundas charlas que mantuvimos hasta altas horas de la noche, donde nos fuimos conociendo mejor.
Después de dos días en Osaka nos fuimos para Kobe. Allí nos esperaba Isamu y su familia para hacernos pasar dos días increíbles viviendo con ellos y conociendo con más detalle como viven las familias japonesas. Se pues decir que fuimos japoneses por dos días. En el post que escribiremos sobre Kobe desarrollaremos en profundidad estos dos días.
Luego el plan originario era ir a Hiroshima, pero como el tiempo estaba lluvioso decidimos que queríamos volver a Osaka porque nos había encantando. Le escribimos otra vez a Mooha preguntándole si nos podíamos alojar en su departamento por unos días y este fenómeno de persona no dudó un segundo en decirnos que sí. Fue así que volvimos a vivir con Mooha por 4 días más. En estos días pudimos conocer mejor a Mooha y darnos cuenta que se había convertido en uno de nuestros grandes amigos del viaje. Un embajador de nuestra aventura por el mundo. También conocimos mejor Osaka. Pero cono dijo Laura en una charla que tuvimos con Mooha: " No viajamos para conocer países o lugares exóticos, viajamos para conocer personas y sus culturas".
Esto es lo que nos llevamos de este viaje por Japón. Si bien conocimos muy bien Osaka, Kobe y Nara, lo mas importante para nosotros fue haberlos conocido a Mooha, a Isamu y su familia y a Syouji.
Para terminar comentar que los últimos días en Osaka los pasamos con otro Couchsurfer, Syouji. Un japones muy amable que también nos abrió las puertas de su casa y con el cual compartimos también buenos momentos.Ahora el viaje, las aventuras, siguen por tierras del Sudeste Asiático. Nuestro primer destino será Filipinas.
Así que nos seguimos leyendo
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