El ruido constante de la gran ciudad desaparece por arte de magia. El aire enrarecido por millones de vehículos se transforma en un aire limpio perfumado con jazmín ¿Cómo puede ocurrir tal milagro en una ciudad como Bogotá?
Tan sencillo o tan complejo como la idea de llenar de árboles de distintas especies un espacio relativamente pequeño. En estos parajes creados por la mano del hombre entendemos el valor que tiene la naturaleza para nuestra salud y la del Planeta.
Ahora en el otoño, a pesar de que Colombia se encuentra en el hemisferio norte, las aves están en la locura de la reproducción entre juegos y trinos. La cercanía al ecuador terrestre hace que la naturaleza se encuentre en una primavera perpetua y como he mencionado en otras ocasiones los animales y la vegetación se comportan durante todo el año como si fuera un eterno mes de mayo.
En hora y media de visita, he disfrutado de la presencia de más de quince especies de aves entre las que destacan por su belleza y simpatía decenas de colibríes. Estos pajarillos se han adaptado a las grandes ciudades conformándose en muchos casos con la presencia de un solitario arbusto florido de cualquier avenida.