En el otoño de 2010 tuve un problema de salud. No fue un problema grave desde el punto de vista médico, pero sí me limitó la capacidad física durante varios meses. Esa época me hizo valorar la salud, que hay que ocupar una parte de nuestro tiempo en cuidarse y que hay que tratar de estar en buena forma física. Y, también, lo importante que es aprovechar nuestras capacidades y dar un giro positivo a cualquier circunstancia que vivamos: forzada al reposo, aprendí a hacer ganchillo, algo que siempre me había gustado..... fue todo un reto y ése fue el momento. Estaba retomando mi afición por la música, mirando partituras, recordando conceptos aprendidos años atrás, cuando ya pude iniciar mi actividad normal....esas partituras volverán a tener su momento.
La jardinería implica un esfuerzo físico, que puede ser desde bajo (por ej, cuidar unas macetas) hasta todo lo fuerte que podamos imaginar (por ej, poda de árboles en altura). Sobre los efectos terapéuticos del trabajo con plantas, hay mucha información elaborada por psiquiatras, psicólogos y pedagogos expertos: cuando tenemos discapacidad física, psíquica, en la ancianidad, en la infancia, en momentos de mucho estrés.....
Helen Keller en su jardín, Arcan Ridge (Connecticut-USA). Distinguía las variedades de rosas por su aroma. La fotografía es de The Center for Creative Photography.
Pero, ¿qué sucede en concreto con la afición a las rosas?...requieren un laboreo, un 'mantenimiento', por así decirlo,...tienen fama de complicadas... ¿hemos de renunciar a su cultivo cuando no estemos en plena forma?....En absoluto, según mi experiencia, todo es cuestión de planificarse:
- "Conócete a ti mismo", ¿realmente 'necesito' tener muchos rosales, o disfruto igualmente paseando por una rosaleda pública?...No es necesario tener un gran número de rosas: una docena de arbustos ocupan poco espacio, y es un número más que suficiente para disfrutar la afición y matar el gusanillo. Una pequeña colección de rosales miniatura la podemos cuidar en una bandeja elevada, trabajando desde una silla de ruedas.
- "No te compliques la vida", hay miles de variedades, algunas similares en apariencia, pero dispares en necesidad de cuidados. Escoge rosales rústicos y que requieran menos poda, como los arbustivos y los paisajísticos. Si quieres algún trepador, que sea de tamaño contenido. Si en un momento dado, no puedes cuidarlos, no pasará nada: se cuidarán solos.
- "Elige métodos de cultivo sostenibles", es decir, gestiona tu pequeña zona de cultivo con el mínimo de intervención química.
- "No malgastes energía", ¿pulgones?, ¿hongos?...aprende a identificar lo que de verdad es grave y necesita intervención. Si tu jardín es sostenible, la mayoría de problemas se van a solucionar dejando evolucionar el ciclo natural: pulgones-depredadores, hongos-muerte de esporas por baja temperatura invernal, etc..
- "Pide ayuda a los profesionales". En la agrotienda, te aconsejarán los productos menos agresivos, las herramientas más ligeras y adaptadas. Un buen jardinero te puede echar una mano en momentos puntuales de plantación o poda.
Por último, una cita de Helen Keller:
"Soy sólo una persona, pero, aún así, soy yo. No puedo hacerlo todo, pero, aún así, puedo hacer algo; y porque no pueda hacerlo todo, no voy a renunciar a lo que sí puedo hacer"."Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.