Son jardines en los que la luz escasea, bien por la cantidad de árboles o el tamaño de estos, que tamizan la luz o por que están rodeados de muros, medianeras, u otros elementos arquitectónicos, que no nos dejan luz excesiva.
El ambiente es húmedo y fresco, pues el agua tarda más en evaporarse.
La belleza de estos jardines, a veces no es apreciada en su justa medida. La variedad de verdes, las texturas de sus hojas, los rayos solares filtrándose entre las copas de los árboles, hacen que los rincones de descanso, resulten muy atractivos.
Por lógica las plantas que los pueblan, son plantas adaptadas a la escasez de luz directa.
La hiedra, los helechos, hortensias, azaleas, abutillon, vinca, el boj, son especies bien adaptadas a estos ambientes, y pueden crecer fuertes y frondosas.
En definitiva, si los elementos nos obligan, o si decidimos que así sea, se puede tener un bello jardín en sombra.