Jari Litmanen, uno de los grandes futbolistas que no pudieron triunfar en el Barça

Jari Litmanen triunfaba con la camiseta de aquel Ajax de Amsterdam campeón de Europa a mediados de los 90 . El finlandés, era en aquel momento uno de los jugadores más codiciados del viejo continente. Lois Van Gaal que lo conocía de sobra por tenerlo a sus filas en el Ajax y que ya había llevado a Barcelona a los De Boer, Reiziger, Kluivert y Bogarde, decidió incorporar a otro de sus pupilos.

Jari Litmanen era uno de los mejores jugadores del mundo a mitad de los 90

Nacido un 20 de febrero de 1971 en la fría Finlandia, su llegada al Barcelona de 1999 fue vista con buenos ojos debido a la gran reputación que se había ganado en los años anteriores pero lo cierto es que el técnico jugador finlandés pese a no haber cumplido por aquella época los 30 años, se encontraba bien lejos de su mejor momento.

No llegó a hacerse un sitio fijo en el esquema del holandés debido en gran parte a las lesiones. Una pena pues se trataba de un jugador de un altísimo nivel. Encima, su paso por Barcelona coincidió con uno de los peores periodos de la historia del Barcelona y su máximo valedor Van Gaal, salió del club en el verano del 2000, muy movido en el club culé, quedando desprotegido con el resto de jugadores que había traído el holandés.

El paso de Litmanen por el Barça no dejó huella. FOTO: Sport

Aún así estuvo unos meses más en el Barcelona y en el mercado de invierno de 2001 marchó en dirección al Liverpool y estuvo jugando en diversos clubes hasta 2012 cuando se retiró en su país ya con 40 tacos cumplidos. Antes con 39 años y 27 años había tenido tiempo de ser el jugador más viejo en marcar un gol en una fase de clasificación para una Eurocopa y es que cerca de los cuarenta, aún seguía siendo el líder de la selección de su país.

Un paso por la Liga española el suyo, que quedó en el olvido prácticamente debido al gran prestigio con el que llegaba a su ausencia de relevancia a un equipo que encima, no ganó nada durante su etapa como jugador culé. Podríamos decir en este caso que llegó al lugar equivocado en el momento equivocado. Y no fue el único.