Revista En Femenino
Hace poco me sucedió algo inesperado. Me llega un comentario de algo que para mí, no se toca, es sagrado en mi vida. Y no lo recibí de buena manera, para nada. Pasé por distintas etapas con ello.Al principio, muy tranquila, solo pensé “bueno es de quien viene no más”, pero ahí ni pensar que esto acabaría luego. Pasé de la indiferencia a la rabia, la pena, no podía entender como alguien puede ser tan inconsciente de hablar de cosas que ni siquiera sabe, ¿Por qué?, ¿Cuál era su idea?, ¿Por qué ventilar algo de lo que yo ni siquiera había conversado con esa persona? Decepcionada y muy confundida, han pasado los días y dentro de mí, en este minuto y en realidad no sé por cuánto tiempo más no existe, ni la tolerancia para un dialogo, ni el perdón, ni menos una luz de tener intenciones de retomar esa relación. No me sirve, no me aporta. Eso es lo que pienso yo, por lo menos hasta ahora.Ayer conversando del tema, con una de mis mejores amigas, ella me dice que sería bueno conversarlo, entender la otra posición, no vivir de manera tan obtusa todo el proceso. Y lo entiendo. Entiendo su posición, tiene lógica, es clara. Pero ¿si ya no hay confianza?, ¿Cómo acepto un dialogo y una posible (pero remota) reconciliación? Definitivamente el tema de la confianza rota y el perdón, es un temazo.Yo no sé qué piensan Uds., pero para mí la confianza es uno de los grandes valores, junto con la lealtad y honestidad. Muchas veces sé que no estoy de acuerdo con mucha gente, y veo cosas del resto que me molestan, pero no por eso podría pasar a llevar a esa gente porque creo que la quiero.Como dijo hace poco mi profesora de Taller de mediación en la universidad con respecto al perdón y la confianza: “Jarrón chino pegado, es jarrón chino pegado. Nunca más vuelve a ser como antes” Y es ahí, donde yo planteo mi interrogante, ¿vale la pena tener un jarrón chino pegado o es mejor botarlo de frentón? ¿Se puede vivir mirando las grietas del jarrón y estar tranquila? ¿Qué opinan Uds.?