A veces la música se percibe desde un punto de vista dicotómico cuyos extremos son el arte y ensayo (en nuestro querido jazz hablaríamos del free jazz y otras corrientes avant-garde) y la música de amenizaciones (la musique d'ameublement o "música de mobiliario", que decía Erik Satie). Como toda polarización, la dimensión funcional de la música cuenta con una gradación paulatina. En ocasiones un grupo destinado a crear un ambiente selecto con su interpretación puede tomarse ciertas licencias; otras veces hay que ceñirse al guión.
Me contaba un bajista que, amenizando el convite de una boda que estaba llegando a su punto álgido, alguien de la organización se acercó a la banda y les dijo: "Tocad música de tarta". Sorprendidos, abordaron "La chica de Ipanema" ante la notable aprobación del personal.