J.C. Ramírez | Barrial
Mi hermano Hernán
El Francisco
De todos los pelotudosque nos juntábamos en la esquina de casael Bobo resultó ser el más importante.El día que faltóel grupo se disolvió.Hasta Rubénal que todos mirábamos para ver si se reíacuando insultábamos al Tartacon algún chiste o golpe en la cabezadejó de ir a la esquina después de comer.
El día que el Bobito murió Luis dijoBueno, si hay velorio hay sanguchitos.Y ése fue el último comentario que nos hizo reír.Cuando su madre y los vecinos estaban enterrándolonos metimos en la casa para repartirnos su ropa.Ahí vimos que el Francisco—porque ahora es Francisco, y no otra cosa—
tenía en la mesita de luzuna foto de él y todos nosotros abrazadosen su cumple de los diez años.Sentimos —no creo que haya sido diferente para ninguno—
que esos niños en los que casi no nos reconocíamosnos miraban con miedo, como a extraños.
J.C. Ramírez (Santa Fe), Barrial. Ediciones La Gota. Santa Fe. 2014.