Revista Cine
En 1985 se realizó esta coproducción franco-egipcia entorno a la campaña de Napoleón en Egipto, un episodio de la vida del corso que por su poca relevancia y su fracaso militar se ha dejado de lado de muchos de los análisis, estudios e interpretaciones que se han realizado entorno de Bonaparte.La flota francesa se acerca a la costa de un Egipto dominado por los beduinos y los mamelucos, y un pueblo sometido que responderá de formas diversas frente al nuevo invasor. Habrá una parte del pueblo que lo temerá por su potencia y su poder, mientras que otros no permitirán que Francia se convierta en una fuerza más de poder encima del pueblo egipcio. La historia gira entorno a uno de los militares y científicos que acompañaran a Bonaparte en esta aventura, Cafarelli, y su relación, casi paternal, con un joven egipcio, Ali, hasta al punto de protegerlo de los demás soldados. Esta relación no hará más que acarrear problemas, ya que tras un broma de Cafarelli, disfrazando a Ali y su hermano con las ropas de Napoleón, este entrará en cólera, y los egipcios no dudarán en vengarse por esta afrenta, llevando a un enfrentamiento directo entre los dos bandos.Este film nos acerca a una época de la vida de Napoleón que no deja de ser un pequeño apéndice de sus grandes victorias, pero será gracias a este viaje, o mejor dicho, como volvió de este viaje lo que lo llevará a lo más alto del poder. Pero en realidad lo que esta película pretende mostrar es como afectó la presencia francesa en Egipto, ya que los egipcios sufrieron una colonización además de una guerra ente dos potencias europeas, Francia e Inglaterra, en su casa.Algo que queda claramente patente es las características de esta campaña ideada por Napoleón, ya que incluso muchos de los generales que le acompañan, como el propio Cafarelli, tildan de locura inútil la campaña, ya que solo les traerá problemas. A pesar de que Patrice Chéreau en el papel de Napoleón no deja de ser un secundario, como lo es el personaje en numerosos filmes, como Guerra y Paz, la imagen que se nos da de Bonaparte es de un joven idealista, aún hijo real de la Revolución, no como después que no tendrá nada que ver, y que ya tiene un gran poder. A pesar de su juventud, Napoleón es general y principal organizador de la campaña, por lo tanto es quien manda, y es lo vemos en el respeto que le tienen todos los soldados, a los que tan solo con su presencia cuadra como si estuvieran delante de un rey, a pesar de ello, como no es más que un hombre, aún siguen riendo y criticándolo a sus espaldas.Es muy interesante ver como en una escena Napoleón esta bailando junto a los egipcios, y lo hace con un doble objetivo, primero ganarse sus confianza, ya que defiende sus creencias y tradiciones, y por lo tanto no las eliminará, y segundo por su curiosidad intelectual, ya que Napoleón entre otros de sus aspectos, era un apasionado de la historia y las tradiciones. A pesar de todo ello, el idealismo y el respeto, una vez más Bonaparte es caracterizado como un hombre frío y calculador, que tan solo actúa movido por sus objetivos, del tipo que sean, y nadie puede pararlo debido a su determinación.historia y las tradiciones. A pesar de todo ello, el idealismo y el respeto, una vez más Bonaparte es caracterizado como un hombre frío y calculador, que tan solo actúa movido por sus objetivos, del tipo que sean, y nadie puede pararlo debido a su determinación.Un interesante film en el que a pesar de la poca presencia de Napoleón, resulta interesante la visión que tienen de él los egipcios, tanto los de la época que se representa como los que realizaron el film. Directamente este film no es ni una crítica a Bonaparte, pero tampoco es una alabanza, sino que más bien es algo así como una relación muy cercana a los hechos, dejando de lado la subjetividad y acercándose al máximo a la objetividad histórica.Valoración: 3,5/5