Revista Cine
Estamos delante del primer capítulo de una serie documental realizada por la BBC entre el 2007 y el 2008, conocida como Heroes and Villains o Warriors, en la que se incluyen episodios sobre Atila, Ricardo Corazón de León, Shogun, Hernán Cortés, Espartaco y, el que a nosotros nos interesa, Napoleón Bonaparte. A pesar de ser un documental de no más de cincuenta minutos, en mi opinión debe nuestra consideración por el análisis que se hace del joven Bonaparte y sus inicios, además de la puesta en escena que es digna de cualquier film épico.La historia gira entorno a un joven emigrado corso, de carrera militar, que es destinado a Toulon, en el sur de Francia, y conocido como el pequeño Gibraltar por ser una cabeza de puente en lugar estratégico a través del cual los británicos podrían entrar en el territorio francés y destruir la Revolución. Como sucede durante todo el período revolucionario, el mando está dividido entre los militares -muchos procedentes del Antiguo Régimen- y los líderes revolucionarios destinados en el territorio, en este caso Fréron y Barras, en un enfrentamiento permanente sobre como controlar la situación. El joven Bonaparte, recién llegado, sin apenas experiencia de combate, demuestra su inteligencia e impetuosidad al imponerse a los poderes locales para llevar a cabo su estrategia para vencer a los británicos, que es utilizar la artillería, situada en el fuerte de L'Eguillete, para destruir los navíos de los enemigos. En definitiva, lo que nos muestra el documental es el Sitio de Toulon, que es la primera aparición de Napoleón en la historia.Este documental, que puede ser tratado de film por ser un documental dramatizado, es una visión más realista de lo que en 1927 Abel Gance nos mostró en su obra maestra, alejándose del idealismo de esta para apostar por una visión más fidedigna de la historia del personaje. El valor del presente film también reside en el hecho de que el episodio de Toulon es pocas veces representado en el cine, ya que siempre se tiende a primar los capítulos imperiales, por su grandilocuencia y su destacado interés histórico.Hay pequeños detalles que no se escapan a los ojos del espectador, que son imprescindibles para entender los posteriores comportamientos del corso a lo largo de su vida, como es su relación con su madre, Letizia, con sus generales o con los políticos, y la consideración de su naturaleza corsa. Son muchas las escenas en que la joven Letizia, madre viuda de numerosos hijos, se impone como líder familiar por encima de su hijo, para decirle que debe o que no debe hacer, algo que hará desde su nacimiento hasta su exilio. Napoleón nunca hizo caso a nadie, excepto a su madre, siempre se guió con su astucia y sus consejos para llegar a los más alto.Napoleón consiguió el poder y la aceptación gracias al ejército y al pueblo, que le profesaban una adoración inaudita, y no lo hacía tanto por sus valores como persona sino por la confianza que el joven les había atribuido a lo largo de su vida, como sucede en el caso del General Junot, que en este film aparece como ayudante de campo de Bonaparte, y que con el tiempo, y después de algunos años enfrentado a Napoleón, será una de sus manos derechas hasta que enloquezca después de Borodino. Al igual que Junot, Barras aparece como un político de provincias, antes de convertirse en el líder del Directorio, y se demuestra como Napoleón se gana su confianza mediante su buen juicio y sus excelentes resultados en el campo de batalla.Algo que persiguió a Napoleón desde su infancia hasta su muerte, a pesar de que con el tiempo y su ascenso se fuera relegando a un segundo lugar, fue su origen corso. Tanto en Briennes, como en París, como en el mismo Toulon, es marginado por ser un refugiado, un extranjero que tiene demasiado poder a diferencia de muchos franceses. No será hasta que triunfe como defensor de los ideales de la Revolución durante el asedio de París, cuando sea considerado íntegramente francés, y no digamos ya cuando se convierta en emperador.Este notable documental es una pequeña pieza más en el gran mosaico que son las numerosas apariciones de Napoleón en cine, pero no por ello menos importante. Su excelente puesta en escena y la magnífica interpretación de Tom Burke como joven Bonaparte, hace de este film algo imprescindible para cualquier estudioso del corso. Nick Murphy, el director y guionista, supo captar las primeras esencias del futuro emperador, supo alejarse de lo que más tarde será Bonaparte, es como si el film hubiera realizado justo después de los hechos de Toulon, ya que si uno lo observa con un ojo crítico no aprecia -exceptuando los momentos narrados en voz en off, en los que se habla del futuro del corso- que ese joven impetuoso y algo arrogante, con el tiempo se convierta en uno de los grandes personajes, tanto como militar como político, de la historia.Para concluir solo mencionar, que está es sin duda la mejor forma de acercarse a los inicios del corso, ya que la obra de Abel Gance esta teñida por un nacionalismo ferviente que resulta en un film demasiado idealizado de Napoleón, mientras que el presente documental de la BBC da un enfoque más objetivo a los hechos, además de ser una de las más recientes representaciones de Napoleón Bonaparte.Valoración: 4,5/5