En mitad del horror, el ilustrador parisino supo reunir en “Peace for Paris” lo que el mundo entero sentía.
Se hace extraño en una publicación como ésta, dedicada a mundos alternativos llenos de superhéroes, espías y robots, aterrizar en la realidad para tratar un asunto tan doloroso como los atentados de París. En el libro de estilo de Everett Magazine no hay ningún capítulo que mencione cómo hablar del dolor de las víctimas o del sentimiento generalizado de miedo. Podríamos adentrarnos en terrenos espinosos si mencionásemos la cierta indiferencia de occidente ante matanzas muy similares a la de París, como las recientes en Ankara, Beirut o Baghdad. Podríamos ir más allá, pensar en los orígenes del terror, hablar del trío de las Azores y la invasión de Irak en 2003. Podríamos incluso viajar hasta 1916 y hablar del acuerdo secreto de Sykes-Picot entre Gran Bretaña y Francia para repartirse los territorios de Oriente Próximo tras la I Guerra Mundial en lugar de crear la Gran Arabia que habían prometido a la población local. Aquella traición y sus consecuencias, muy bien explicadas en un famoso vídeo, podrían considerarse el origen del avispero que hoy se revuelve contra Europa. Sin embargo, como decíamos, nuestro libro de estilo no explica cómo hablar de esas cosas así que hablaremos de un tema con el que nos sentimos mucho más cómodos: los dibujitos.
Muy probablemente ayer compartiste en redes sociales esta sencilla imagen que combinaba la silueta de la Torre Eiffel con el símbolo de la paz. Se trata de una ilustración muy simple trazada a tinta china en negro sobre blanco. Quizá no sea un prodigio creativo -la asociación de ideas es bastante directa- pero tiene el magnetismo de lo simple y se contagia de Instagram a Twitter y a Facebook precisamente por su sencillez. En cuestión de minutos se convirtió en un símbolo universal de apoyo a París y, como todo símbolo, su autoría se desdibujó rápidamente. Sin embargo, es el ilustrador parisino Jean Jullien quien merece el crédito como autor. Él creó el símbolo en su estudio londinense mientras llegaban angustiosas noticias desde su ciudad natal. Quizá en ese momento estaba trabajando para algún cliente como The New Yorker, Nike, Pitchfork o Little White Lies, pero lo aparcó para crear “Peace for Paris”, un icono que expresaba con unos pocos trazos lo que tanto cuesta decir con palabras. Como ya sucedió tras el atentado contra la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, la “bande dessinée” demuestra ser un poderoso vehículo para expresar emociones y reflexiones por complejo que sea el tema a tratar (anímense los profanos con cómics como Metralla o El árabe del futuro).
Quienes seguimos a Jullien en Instagram estamos acostumbrados a su capacidad para sintetizar la realidad contemporánea en un dibujo, pero la medianoche del viernes nos sorprendió con algo mucho más elemental, lúcido y universal. Os dejamos ahora con otros de sus trabajos, también agudos pero más coloridos, algo que contrasta con la negra realidad que nos ha tocado vivir este fin de semana.
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Tagged: Actualidad, Ilustración, Política, Reflexión