Han sido más de 300 días sin escribir en este blog. Se me acabaron las palabras, agotadas o reducidas a su mínima expresión, apenas oral. Pero no iba a durar para siempre, ¿no?.
Y vuelvo aprovechando el 600 aniversario del nacimiento de esta muchacha que ha hecho correr ríos de tinta, en Francia y fuera de ella. El personaje me atraía, pero cuando me encontré con la atracción de Péguy por ella, he prestado más atención a los detalles, y hoy necesito detenerme en como ha llegado a ser un icono de los elementos más reaccionarios y nacionalexcluyentes de Francia, provocando el rechazo en el resto por reacción. Curiosamente comparte ese problema con Péguy, quizás por razones parecidas. Un icono que posiblemente tenga dos facetas, y quizás por eso mi querido Péguy escribió dos obras con el mismo título y tema; contar lo que había sucedido desde las visiones en Domremy, hasta la pira.
La razón aparente más clara para responder es que reúne dos cuestiones que han sido típicamente de derechas; Jeanne era cristiana y francesa de manera ferviente. En cuanto a ser cristiana muchos no dudarán en dar por zanjado que entonces le corresponde ser un símbolo de lo más rancio, o bien la consideren "suya" por representar unos valores arraigados desde el nacimiento de Europa. Ambos se equivocan, pues el cristianismo que planteaba Jeanne, como el de Péguy, es un cristianismo de acogida, donde la Esperanza lleva en volandas una Caridad que es Amor, donde Dios es el padre del hijo pródigo, un Dios del perdón y la misericordia, y por tanto no caben la acumulación, el desprecio o la injusticia.
En cuanto a ser francesa; la defensa de la propia cultura no es algo propio de derechas, y menos si se hace contra el opresor del tipo que sea. En mi juventud aún se significaban las izquierdas por ser anti norteamericanas, porque eso era signo de anti imperialismo. Jeanne se enfrenta a los ingleses, imperialistas del momento; Péguy era anti alemán, imperialistas de la época. Ninguno tenía nada contra lo inglés o lo alemán, sino contra la actitud agresiva. Ser anti es una respuesta de un momento concreto. En consecuencia, su reafirmación nacional se hacía como forma de defensa y no era excluyente.
Así pues, abanderar movimientos nacionalistas excluyentes, conservadores, con figuras como Jeanne es un absurdo. En realidad, cualquier uso de su imagen sería simplificador si se pretendiera abanderar una ideología o postura. Eso, lo único que consigue es que ese bosque no nos permita entender lo que nos quería decir y lo que podemos concluir de sus acciones.