Jeff Bridges es multifacético. Canta y baila, toca la guitarra, es artista plástico y tiene una organización que ayuda a la niñez. Viene de una raza de artistas: es hijo del famoso actor Lloyd Bridges y hermano de Beau, pero pertenece a esa casta de buenos actores que extrañamente han estado en un segundo plano, tal vez por malas elecciones o porque no le interesa la industria hollywoodense.
Hasta el 2010, este veterano y admirado actor era uno de los grandes perdedores en las entregas del Oscar, pero gracias a “Loco Corazón”, conquistó uno tras 40 años y cinco nominaciones, además de reavivar su carrera: lo hemos visto rejuvenecido digitalmente en “Tron, El Legado”, secuela del famoso filme de ciencia ficción, y ahora lo tenemos en “Temple de Acero”, el western dramático de los hermanos Coen que le ha valido una nueva nominación para una nueva estatuilla dorada.
Nadie en la industria o fuera de ella duda que es un gran actor, por ello muchos no entienden por qué Hollywood dejó pasar la que para muchos es su más grandiosa actuación, la del marginal “Dude” en “El Gran Lebowski”, una interpretación acorde a la atmósfera surreal de los hermanos Coen que le abrió las puertas de la gloria.
El gran salto a la fama de este actor californiano lo dio en 1971 con “The Last Picture Show”, la memorable cinta de Peter Bogdanovich en el que logró su primer papel de envergadura junto a una joven Cybill Shepherd por la que logró su primera nominación como mejor actor de reparto y se le consideró una joven promesa del cine.
En los años siguientes, Bridges consolidó su prestigio con obras como el drama “Fat City” y la cinta de acción "Thunderbolt and Lightfoot". Sin embargo, a partir de “King Kong” en 1976, atravesó una etapa en la que sus películas no tuvieron el éxito esperado, lo que perjudicó su carrera y motivó una serie de sonados fracasos que explican su caída al segundo plano hasta 1984, año en que hizo el drama “Against All Odds” y sobre todo, “Starman”, la cinta de ciencia ficción que cambió su suerte. Ambas películas tuvieron una favorable acogida, y volvió a ser popular.
Este hombre de mirada rasgada y muy jovial ha seguido una trayectoria mayormente ascendente y se ha ido convirtiendo en uno de los actores más sólidos del cine norteamericano, demostrando su capacidad de interpretar convincentemente diversos personajes, como en "Tron", que no fue un taquillazo pero sí una película de culto, o en "The Fabulous Baker Boys" junto a su hermano Beau y "The Fisher King" al lado de Robin Williams; y últimamente en “Iron Man”, la adaptación del superhéroe de Marvel y en la comedia bélica "The Men Who Stare at Goats".Lejos de sentirse viejo, Bridges se autoclasifica como “experimentado”. A esta altura de su carrera, no tiene que demostrarle nada a nadie. Muchos de sus trabajos no son exitosos, pero en cada uno se nota el valor de alguien que va más allá del sueño de ser una estrella. Jeff Bridges es un gran actor que nos deja la sensación de que no sale mucho en la pantalla grande como debería.