Sobre el lienzo de su carrera traza Jennifer Lawrence las líneas de la que, sin lugar a dudas, está llamada a ser una obra maestra. La actriz del momento, la mujer más poderosa de la industria del cine es, a sus 25 años, la representación cultural «zeitgeist» de su generación. La franquicia de «Los juegos del hambre» está a punto de terminar con el estreno de «Sinsajo. Parte 2». Lawrence se hace presente en la cartelera, descansando sobre sus tiernos hombros el peso de un imperio inspirado en la trilogía superventas de Suzanne Collins. «Cuando la gente te mira y te habla de forma diferente, incluso cuando entras a un ascensor, te sientes sola. Descubrir el reconocimiento de la fama es lo más frío del mundo», admite Jennifer, sentada en una silla del hotel Four Seasons de Los Ángeles. Hay razones por la que los actores temen a las franquicias, aunque garanticen el éxito financiero para toda la vida. Por un lado pueden hacerles susceptibles a las críticas, por otro corren el riesgo de no poder separarse del personaje que interpretan y, finalmente, las expectativas de cada estreno cada vez son más difíciles de alcanzar.Lawrence, habiendo protagonizado las sagas «X-Men» y «Los juegos del hambre», permanece inmune a cualquier desastre profesional. Comparándola con otras actrices de su generación, que igual que ella brillaron pronto, descubrimos baches. Anne Hathaway, la chica Disney ganadora de un Oscar, agotó a su público y lo volvió contra ella; o Kristen Stewart, que consiguió aburrir a sus millones de admiradores con una sucesión de títulos insustanciales. «Reconozco que soy muy competitiva. Me gustan las cosas difíciles, cuanto más imposibles más me interesan», confiesa Jennifer, aunque ella habla de competir contra sí misma, retándose en cada nuevo proyecto. En realidad el desafío de Lawrence es pura estrategia.++++Jennifer Lawrence, la mejor estratega de Hollywood