Jerez amplía su marco

La Denominación de Origen “Jerez-Xérès-Sherry” ha vivido en este año importantes cambios normativos, que bien pudiera ser un barómetro de la revitalización de nuestro noble e histórico vino. Desde la óptica de ampliación de sus límites de producción más allá del marco clásico, el hecho de que las bodegas y productores ubicados en el territorio de la denominación de origen – aunque no se hallen dentro del triángulo del marco de Jerez, cuyos vértices son Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y el Puerto de Santa María – pueden beneficiarse de la denominación de origen, con todos los derechos que ello comporta. Así, en las Denominaciones de Origen Protegidas “Jerez-Xérès-Sherry” y Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, destacamos la ampliación de la zona de envejecimiento de la DO “Jerez-Xérès-Sherry”, con el triángulo de Jerez, sumamente codiciados.

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Hasta ahora, la etapa final de los vinos debía llevarse a cabo en una de las tres localidades del Triángulo de Jerez, aunque las uvas podrían proceder de cualquiera de las localidades del territorio de la D.O (Trebujena, Lebrija, Chipiona, Rota, Chiclana de la Frontera y Puerto Real).

A partir de ahora, las bodegas ubicadas en cualquiera de estos municipios podrán realizar todo el proceso de vinificación, quedando amparadas por la denominación de origen con todos los derechos.

Respecto al viñedo, también se han aprobado un conjunto de modificaciones cuyo objeto es dar mayor énfasis a la viticultura. Por un lado, el nuevo pliego de condiciones recoge explícitamente que en la etiqueta se explicite que al menos el 85 % de la uva utilizada procede del marco. También se abre la posibilidad de utilizar otras variedades autóctonas prefiloxéricas de la zona del Marco de Jerez, (finales del siglo XIX).

Así mismo, se han modificado los criterios por los que se clasifica un viñedo como Jerez Superior.

Independientemente de si el viñedo está situado en el Triángulo de Jerez o en cualquier otro municipio de la denominación de origen, a partir de ahora esta clasificación se basará únicamente en criterios técnicos. Hasta el momento, sólo los viñedos situados en Jerez, El Puerto de Santa María, Sanlúcar o Trebujena podían aspirar a esta categoría.

Por último se han introducido enmiendas para aclarar el etiquetado de los vinos. Además de definir las categorías Manzanilla Pasada y Fino Viejo en función de la crianza media de más de siete años, incluye un anexo con todas las normas sobre etiquetado que permiten el uso de términos como En rama u otros.

Aunque la mayoría de enmiendas ya han entrado en vigor, otras siguen pendientes tras el acuerdo habido en el Pleno, como la posibilidad de no fortificar los vinos y que requieren de la aprobación de la Unión Europea.

Según el nuevo reglamento propuesto, los productores pueden omitir la fortificación con alcohol para detener la fermentación, siempre que los mostos puedan alcanzar naturalmente los 15 o 17 grados de vol, que deben presentar estos vinos. Reglamentación que afecta a unos 1.750 viticultores y a cerca de un centenar de bodegas ubicadas en el Marco de Jerez de la provincia de Cádiz.