Acostada sobre las faldas de Sierra Morena, al sur de la provincia de Badajoz y muy próxima a Portugal, se sitúa la pintoresca ciudad de Jerez de los Caballeros. Esta localidad extremeña, declarada Conjunto Artístico Monumental, ya da muestra de vestigios de la época romana hallados, en la que era conocida como Fama Iulia, como los mosaicos de villa del Pomar, la calzada del Alto del Empedrado, el Puente Viejo o numerosas estelas funerarias.
Hernando de Soto y Núñez de Balboa
Los expertos consideran que Jerez de los Caballeros se corresponde con la antigua Cercana, citada por Plinio y, según la tradición, fundada por los fenicios. De su pasado remoto deja constancia el dolmen del Toriñuelo, en los alrededores, que junto con los restos de tumbas antropomorfas atestiguan el poblamiento de la ciudad en épocas pasadas.
Jerez de los Caballeros cuenta con una tradición histórica de postín, en la que sobresalen las hazañas protagonizadas por los exploradores Hernando de Soto, fundador de la Florida en los Estados Unidos y Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Océano Pacífico. Este nacido en 1475 se embarcó en busca de un supuesto oro peruano, atravesó el istmo de Panamá y penetró en el mar del del Sur.
Los templarios y Jerez de los Caballeros
Con la conquista por Alfonso IX de León en 1230, con ayuda de los templarios entró Jerez en la época cristiana. Gracias a la Orden del Temple comienza una repoblación y engrandecimiento de la comarca, a la que debe su toponímia. En 1370 el rey Enrique II cedió a la Orden de Santiago la ciudad extremeña, que también la enalteció.
La visita de Jerez de los Caballeros requiere tiempo para recorrer sus muchos rincones y, en especial en verano, descansar de las caminatas a la sombra de alguna terraza. No debe olvidar el viajero que Jerez figura entre los principales conjuntos monumentales de Extremadura.
Son característicos en su panorámica hermosa y excelsa sus torres, muralla y castillo que dominan una urbe jalonada, además, por plazas, palacios, fuentes, conventos o ermitas que le otorgan un estilo entre el barroco y renacentista mezclado de una influencia andaluza para conformar una personalidad propia y, sobre todo, atractiva al interés del viajero.
Qué ver en Jerez de los Caballeros
El patrimonio monumental y artístico que poseen los rincones de Jerez de los Caballeros es indudable, fruto del paso de las personalidades que han conformado su peculiar historia. De entre él destaca la Parroquia de Santa María de la Encarnación, el templo más antiguo del municipio, de época visigoda. La presencia templaria ha dejado su impronta en el Castillo fortaleza y la Torre Sangrienta, del siglo XIII.
Sobre esta última, hay que señalar que se trató del último bastión defensivo templario a la que se le asocia una leyenda. La historia nos cuenta que en ella fueron degollados los últimos templarios rebeldes (en torno a 60) que se resistieron a entregar la Villa de Xerez Equitum al rey Fernando IV de Castilla, cuyos cuerpos fueron, además, arrojados desde sus almenas.
La iglesia de San Bartolomé (siglo XV) conserva una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, su torre (siglo XVIII), construida tras derrumbarse la anterior. La torre, de ornamentación barroca, consta de cuatro cuerpos que despliegan una gran profusión de cerámicas vidriadas en perfecta combinación con elementos de construcción tan simples como el ladrillo o la piedra.
De estilo barroco es la Parroquia y Torre de San Miguel (1749), construida de ladrillo, barro cocido y decorada con azulejos. También de interés para visitar resulta recomendable las excelentes imágenes en su interior que alberga la Parroquia de Santa Catalina, de influencia neoclásica.
El antiguo Ayuntamiento (siglo XVI), alzado en tiempos de Felipe II, sufrió una amplia reforma casi un siglo después para adecuarlo a las necesidades administrativas de una población en creciente desarrollo. De los numerosos cenobios queda en uso el convento de la Gracia. Hay también varias ermitas.
Soy periodista y experto universitario en protocolo. He trabajado en diferentes medios de comunicación como 20 minutos, Las Provincias o Diario 16. Ahora ejerzo labores de community manager, colaboro en blogs y publicaciones digitales. Autor del libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma'.