Jérôme Kerviel, bretón de 33 años, nacido en Pont l'Abbé, ha saltado a las primeras páginas de los periódicos estos días. Se ha celebrado en París el juicio por su ¿estafa? ¿desfalco? de 4.900 Millones de Euros al banco Societé Générale. La sentencia le condena a tres años de prisión y a devolver esa cantidad al que fue su empleador. Por eso se ha ganado el apelativo del Hombre más Pobre del Mundo, porque ninguna persona individual debe tanto dinero, teniendo tan poco. No presumáis, que ninguna de vuestras hipotecas alcanza esa cantidad, que lo sé.
Jérôme Kerviel
(Fuente: rankia.com)
Una consecuencia de la sentencia es que considera a Jérôme como responsable único del descalabro, y exime a Societé Générale de cualquier responsabilidad. Lo que, desde mi punto de vista, es un hecho grave.
Jérome estudió finanzas en un DESS (Diplôme d'Études Supérieures Spécialisées) en la Facultad de Lyon, sobre "Organización y Control de las Actividades de los Mercados Financieros". En 2000, al diplomarse, Societé Générale le ofreció un empleo. Parece que como broker o trader (negociador) en el front office de SG, su sueldo sería del orden de los 170.000 Euros anuales, más bonus. Según afirma él mismo (en una especie de entrevista publicada en Le Parisien) nunca ganó bonus proporcionales a sus ganancias. Actualmente está ganando unos 2.300 euros mensuales como asesor informático.
La noticia se produjo en Enero de 2008, con el descalabro de las Bolsas internacionales. Según parece, podría tener posiciones comprometidas en el mercado por importe de 50.000 Millones de euros. Una vez desmontado el gran castillo de naipes, quedaron esas pérdidas que SG le reclama de 4.900 Millones de euros. Pero durante los años en que trabajó como broker en SG, se dice que podría haber aportado ganancias a SG por un valor superior a los mil millones de Euros.
Sede de Societé Générale
(Fuente: productosfinancieros)
Según afirma él mismo en Le Parisien, "para el resto de negociadores, treinta o cuarenta mil Euros de ganancia diaria por sus operaciones era normal; para mí, un millón era poco". Bajo estos parámetros, la Societé Générale no puede alegar ignorancia. Cualquier banquero tiene grabado en la frente la máxima: "Grandes Ganancias = Grandes Riesgos". Pero parece ser que mientras había ganancias, nadie se alertó. Hasta que se encendieron todas las luces rojas.
Creo que para que se puedan producir estas ganancias o pérdidas enormes, hay que entender lo que son las Posiciones Cortas. Simplificando, se trata de apostar a la baja, lo que es contra natura de lo que todos podemos entender de un mercado (que es comprar a 10, vender a 100, y con ese diez por ciento ir tirando). Además, las posiciones cortas están apalancadas, es decir, que sólo se ha desembolsado un pequeño porcentaje de la inversión, y juegan, habitualmente, como un seguro de cotización.
Imaginemos que Mr.X compra un millón de acciones del Santander a 10 euros, y desembolsa, por tanto, diez millones de Euros (más los cánones y comisiones correspondientes). Evidentemente, Mr.X confía que entre la revalorización de la cotización y los dividendos, la inversión le sea rentable a un cierto período de tiempo. Si la cotización de la acción baja, Mr.X perdería una parte de su inversión inicial. Mr.X podría tomar una posición corta sobre el Santander, por diez millones de Euros, de los que sólo desembolsaría un millón o menos. Si fijara el precio de 9 Euros como desencadenante para deshacer todas las posiciones, perdería un millón en sus acciones, pero lo ganaría con su posición corta, y quedaría, más o menos, lo comido por lo servido. La verdad es que suena a maquiavélico.
Pero, claro, las posiciones cortas, insisto, que están apalancadas, se han ido convirtiendo en unas inversiones más, sólo que son apuestas a la baja y no al alza. Como al constituir la posición se produce una cierta operación de venta de acciones, indirectamente se está forzando la cotización a la baja. Hay entidades (o índices, o divisas, o materias primas) que han sufrido en algún momento una avalancha de Posiciones Cortas, que han acabado forzando la cotización a la baja más allá de lo razonable.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores obligó hace un tiempo a hacer públicas, y registrarlas en su web, donde pueden consultarse, las posiciones cortas superiores a un pequeño porcentaje del total del capital de una entidad. Angela Merkel, en lo más álgido de la crisis de este año, apostó incluso por prohibirlas.
Utilizando una mezcla de todos estos métodos, Jérôme Kerviel dió muchos millones de euros a ganar a Societé Générale. Pero cuando vino el descalabro (una bajada en un día de más del 6%) no pudo más que salvar los muebles, y dejar las pérdidas reducidas a 4.900 Millones de Euros. Jérome le recrimina a SG no haberle hecho caso de tomar una Posición Corta importante sobre Societé Générale, antes de publicar las pérdidas. Diabólico.
Su problema fue parecido al famoso de la "inversión a crédito" por el que han sucumbido muchos brokers. Se trata de tomar prestado un capital de cliente a primera hora de la mañana. Jugar con ese capital durante la sesión de la Bolsa, y devolver el capital a la cuenta de cliente al cerrar la sesión, y quedarse con las ganancias. Claro, si de repente es imposible conseguir ganancias, la situación es mucho peor que arruinarse, ya que se tienen unas deudas colosales, además de que posiblemente se descubra una actividad fraudulenta, porque el cliente que aportaba el capital seguramente no sabía nada de ello.
Una de las imágenes de la Crisis Financiera.
Empleado de Lehman Brothers saliendo con
sus pertenencias en una caja de cartón
(Fuente: johnmaynard)
El problema de base que ha destapado el caso Jérôme Kerviel es que la actividad de broker requiere una capacidad mental para mantener la calma que no siempre se da. Muy pronto, el dinero que se maneja se cree que es virtual y no pertenece a nadie, y toda la actividad se convierte en un videojuego mortal. Por eso es imprescindible que haya varios niveles de control, que validen y verifiquen las operaciones realizadas y, sobre todo, que mantengan los riesgos dentro de unos límites razonables. Si este mecanismo se narcotiza con las ganancias, tenemos servida la bomba de relojería.
Jérôme, en la entrevista de Le Parisien, habla del día en que hubo varios atentados terroristas en Londres, con víctimas mortales. Dado que había tomado posiciones cortas sobre alguna aseguradora, consiguió, en unos minutos, una ganancia de 500.000 Euros. Al darse cuenta de que la ganancia reposaba sobre varios muertos, se fue al baño y vomitó. Pero a los pocos minutos estaba otra vez dale que te pego.
En resumen, si se obtienen Grandes Ganancias significa que se han puesto en riesgo Grandes Capitales, y se ha tenido suerte. Si cambia la orientación del mercado, hay que cambiar Ganancias por Pérdidas, lo que supone un riesgo cierto sobre Grandes Capitales. Parte de los cuales pueden ser tuyos o míos.
Los Mercados vistos como gigantescos Casinos Mundiales, entre otras cosas, nos han llevado a esta crisis. Dicen que quien no aprende de la Historia, está condenado a repetirla.
Da escalofríos ver la mirada mefistofélica de Jérome Kerviel. Pero él no es más que uno de los actores de un gran Drama Universal, quizá algo menos listo que muchos otros. Jérôme ha sido el Cabeza de Turco que SG ha utilizado para irse de rositas.Dios nos libre de los Bancos y sus fechorías.
JMBA