Esta es la historia del oro. Del jersey dorado que hubo días en qué era más plata que oro. Que empezó en enero y acabó en agosto. Que parecía interminable hilar ese hilo de plata rubia pero que ahora ya es un jersey terminado. Durante estos meses ha convivido con nosotras, con Sarah y conmigo, como uno más. Con el paso de tantas semanas ha caminado a nuestro lado acompañado de lecturas, películas, cafés, de mucho ovillar y cortar, de mañanas de biblioteca y poesía, noches con Obi y tardes con Sarah. Eso era lo bueno, eso es lo mejor de compartir labor con ella. Pasar esas tardes juntas. Confesarnos, llorar, reír, hacernos fotos, reñirme, animarnos, tejer, tejer y tejer.Y como no hemos podido aguantar, la sesión de fotos esta hecha. Estad atentos... durante la semana ¡tendréis una sorpresa!
