Revista Opinión
Juan 18:36 Mi reino no es de este mundo
Jesús le respondió:.. "Mi reino no es de este mundo, si así fuera mis Servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los Judíos, pero ahora mi reino no es de aquí ."
Se suponía entonces, así al menos lo creyeron sus contemporáneos, que se refería a que el reino, literalmente, estaba encaramado sobre la algodonosa comodidad de una nube, en algún lugar inalcanzable, mágico y sagrado.
Y es justo ahí, en el cielo, dónde tradicionalmente se dirige la vista cuando alguien se sitúa en posición oratoria o de rezo, predispuesto para orar, en gesto de súplica o en el estado contemplativo propio de los santones.
Y tanto chocó esta frase a la pobre e inculta gente de aquella época que les faltó tiempo para empezar a hacer volar su imaginación y filmar una película que, por ajustarse a la rocambolesca realidad de aquél tiempo y situación, se situó al margen, y estuvo exenta, de cualquier lógica científica. Claro que me hago cuenta de la nula experiencia que tenían en hechos milagrosos.
¿Y qué lógica iban a tener y qué podían pensar, si el único hecho medianamente científico que conocían era que cuando llovía, si no se ponían a cubierto, se mojaban?Y esto es lo que suele suceder siempre que no se disponen de los necesarios mimbres culturales para hacer la canasta. Y eso por no hablar de la arbitrariedad del clima de entonces que, en cualquier momento y sin venir a cuento, preparaba diluvios o sequías, aderezadas de las 7 plagas, de renombre histórico que quedarán para los anales.
Así que aquello vino como anillo al dedo y fue una solución comodín para los problemas existenciales del ser humano de aquél entonces, aunque con la lógica y, para mi gusto, algo rancia evolución de las sectas religiosas, siempre en la retaguardia, ha llegado hasta nuestros días pretendiendo ser el nudo gordiano para cualquier problema de la humanidad.
Así que, ciñéndonos a las sabias palabras de Jesucristo, podríamos deducir que en algún lugar del cielo, astro o lucero de los que alumbran las oscuras noches, en la cola de algún cometa colgado del cielo como en Navidad adorna en la punta de un pino, en cualquiera de los 8 anillos planetarios de Saturno o en otro territorio fuera de la vía láctea, en nebulosa o cualquiera de las infinitas formaciones planetarias que componen el universo universal, debería situarse el reinado de este magnífico ser, a mi modo de ver, habitante de algún mundo de los confines del universo.
Y es que cada día tengo más claro que, si alguna vez pisó en la tierra un ser tan prodigioso como aquél por las maravillas que dicen hacia y la humanidad que desprendía, no pudo ser un ser humano al uso, un simple y genuino producto de esta tierra como, por ejemplo, un esquimal o un beduino cualquiera.
En todo caso debería ser un humano a salvo de cualquier tentación y, por ende, de los 7 pecados capitales, de entonces claro, que antes era mayor la laxitud de las leyes y no existían los derechos humanos, que hoy creo que serían más.
Y es que de una tierra habitada por la codicia, la avaricia, la crueldad, la insolidaridad con el diferente, la falta de respeto por el medio ambiente, la inmoralidad, la falta de ética, la mentira, la corrupción, el derroche de unos pocos capitalistas, o comunistas, mientras millones de desheredados del mundo se están muriendo de hambre, no permite mayor incompetencia.Por último el inaudito caso de el Salvador, cuyo gobierno impide un aborto terapeútico, simplemente para salvar un gobierno de las presiones de una hipócrita iglesia católica, una iglesia que no es amorosa madre como predica y que es estéril para contener ningún útero que engendre un humano tan puro y limpio como el de Jesucristo. Es más, estoy por afirmar que el útero de María, en el momento del parto, ni siquiera pertenecía a la iglesia, básicamente por que no existía como tal, y que como se suele decir, solo era un útero putativo.
No existe pareja de animales humanos que sean capaces de producir un ADN que al combinarse sea capaz de crear tal maravilla. Claro que eso si, como he dicho, hablamos de seres humanos, porque de animales ya lo creo que aparecen maravillas, véanse el ingente número de abrigos de pieles que hacemos de la piel de zorros y la cantidad de zorras o zorros que los utilizan. En resumen, que de una tierra impura e infecta, solo puede salir el barro maloliente y lodoso y de barro es el hombre que al morir vuelve a él, sea en carne muerta y putrefacta o en forma de la purificadora y más elegante ceniza.
Y ahora, unas preguntas inocentes:
¿Y si los milagros fuesen en realidad comportamientos normales entre los seres de otros mundos?
¿Y si Jesucristo hubiese estado haciendo milagros y diciendo esas cosas que más parecían de extraterrestres porque ése era su mundo?
Si esto fuese así, ¿qué futuro esperaría a cada una de las religiones del mundo?
¿Y al mismo mundo?
¿Cuanto odio y muertes en nombre de la religión nos hubiésemos ahorrado?
¿Por qué tantas guerras y muertos en nombre de un dios que solo es una invención del poder para mantenernos siempre temerosos de su venganza?
¿Hasta dónde hubiésemos podido llegar sin las zancadillas y las barricadas que las religiones han puesto al progreso?
¿Hubiésemos alcanzado el mismo nivel tecnológico que los extraterrestres?
¿Quizás seríamos extraterrestres visitando desconocidos planetas?
¿Còmo nos llamarían los extraterrestres o los marcianos, extramarcianos o Terracianos?
¿Realmente, estoy cuerdo por pensar lo que pienso?
No queriendo ser más marxista que Marx, pues utiliza conceptos que chocan con realidades conocidas en las que, por ejemplo, la religión es el único refugio y abrigo de una parte de la sociedad intimidada por un pasado harto cruel, y en la certeza de que existen seres humanos con idiosincrasias tan vacuas que sin religión estarían tan vacíos interiormente como agujeros negros, concuerdo con su teoría de que la religión es el opio del pueblo, aunque quizá sea ésta la única manera de seguir suspirando por la impotencia y protestando en silencio contra sus miserables vidas.
Pero no es un engaño que se pueda achacar a ninguno de los fundadores de las milenarias empresas espirituales o a sus seguidores, “dos no pelean si uno no quiere”, pues al igual que toda la humanidad católica, judía, musulmana, budista, hinduista o de cualquier otro credo, sus fundadores también fueron engañados por unos aventajados, mesiánicos y ladrones aprendices de cuenta-cuentos, que supieron sacar petróleo de la credulidad y la buena fe, utilizando como trampas y tretas aquellas enseñanzas que, sus primigenios y visionarios maestros, unidos a la inocencia e ignorancia humana, por obra y gracia del espíritu religioso, han sido capaces de llegar hasta nuestros días en plena forma.
Si leemos con atención cualquiera de los llamados “libros sagrados”, y dejando de lado cualquier fanatismo, creencia y tradición, esto es, haciendo una lectura totalmente aséptica y con la mente abierta, nos daremos cuenta de que cualquiera de los fabulosos y fantàsticos hechos que se narran, a modo de parábolas o cuentos para niños, perfectamente serían posibles si aceptásemos la existencia de una vida superior fuera de la tierra y aceptando, como reales y sin lugar a ninguna duda, toda la tecnología que nos muestran en sus repetitivas visitas.
Solo debemos mirar en otras culturas milenarias, como la civilización Egipcia o cualquiera de las civilizaciones precolombinas americanas, mucho más avanzadas que la nuestra, y estudiar sus construcciones de enormes pirámides y otras invenciones imposibles de diseñar y edificar con la tecnología de ese tiempo. O sus curiosas representaciones de extraños astronautas y naves espaciales grabadas en la piedra, mostrando la tecnología que sería inventada miles de años después. Otra serie de pruebas, éstas, para tomar conciencia de unos hechos que hasta el más incrédulo es incapaz de ofrecer una explicación consistente y coherente de su falsedad, momento en el que, socarronamente y dibujando una mueca sonriente en mis labios, recuerdo el programa TQH de Ana García Lozano, la “presentadora suspiro”, del día 30 de Mayo de 2013, en el que se especulaba sobre el fenómeno OVNI, y que un pretendido científico se las veía y deseaba para enfrentarse a unos hechos perfectamente contrastados.
Ésto pone claramente de manifiesto la realidad de un hecho que siempre se ha disfrazado con un halo de milagrosa santidad, por parte de la jerarquía eclesiástica y que los gobiernos de todos los países, temerosos de la influencia de ésta y de la reacción popular, y que confirmaría la teoría que estoy proponiendo.
La conclusión final de su mano queda!
Salud y Suerte!