Bechy Fisher es una mujer de armas tomar, es una figura prominente de la Iglesia Norteamericana, una facción religiosa que apoyó con fe, con lobbies y con mucho dinero la larga etapa-Bush y su misión en la tierra suena tan agresiva y beligerante como sus sermones, a menudo sembrada de palabras como guerra, entrenamiento o mártires. Su misión es arrancar a los Estados Unidos de las garras del pecado y purificar la nación entera, de raíz, de cero.
Para ejecutar ese programa de higiene hace falta algo más que palabras. Hacen falta soldados, hace falta un ejército de Dios. Y Bechy sabe donde reclutarlo, entre ese tierno tercio de la población que componen los norteamericanos menores de quince años.Mesiánica genuina Bechy Fisher es la estrella de Jesus Camp, el impresionante documental de Heidi Edwig y Rachel Grady que vamos a ver esta noche en Primer Plano. No es la única, la acompañan sus fieles, sus discípulos, sus soldados. El puñado de púberes iluminados que la siguen hasta el campamento de verano de Dakota del Norte, una mezcla de experiencia boy scout y campo entrenamiento militar donde se hablan en lenguas, el heavy metal cristiano suena a todo volumen, los sermones se imparten con power point, se maldice a la ciencia, a Harry Potter y al aborto; y se exalta al coraje y la fe ciega del mushaines islámicos –enemigos de Bush pero modelos imbatibles de integridad espiritual. Lejos de todo facilismo bienpensante Jesus Camp es un ejercicio irreprochable de curiosidad, la exploración atenta y a menudo asombrada del evangelismo Pentecostal, un mundo radical, drástico, que no tiene miedo de vociferar y que le devuelve a la política- vía la fe religiosa- una violencia y una capacidad de delirio que en occidente parecían definitivamente archivadas.Presentación realizada por Alan Pauls el 10 de noviembre de 2010 en el ciclo Nuevo cine americano en Primer Plano I.Sat.Transcripción del siguiente enlace audiovisual: https://vimeo.com/16474416