Revista Cultura y Ocio

Jesús sigue siendo mi esperanza

Por Bcmt
Para Vicki,
La Cantata BWV 147, Herz und Mund und Tat und Leben (El corazón y la boca y los hechos y la vida)  es una de las de J. S. Bach que mejor conocemos los pianistas. Su coral «Jesus bleibet meine Freude» (Jesús, sigue siendo mi alegría) forma parte de nuestro repertorio, gracias a la transcripción clásica de Myra Hess. Para mí la versión de referencia es la que el pianista rumano Dinu Lipatti grabó en Ginebra en 1950. Pone de relieve con delicadeza las voces interiores que son las que transmiten una mayor serenidad siempre en el tempo adecuado para que todos, seamos músicos o no, podamos escucharlas con facilidad. Al alba del año 2000 estudié sin descanso este coral y esta versión. Aunque tranquila, la interpretación de Dipatti comunicaba una gran tristeza. Es extraño porque las tonalidades son muy alegres. Caí en la cuenta de que, cuando realizó esta grabación, él era consciente de que no llegaría a cumplir 40 años, que no podría vencer a la leucemia y que este sería su último disco. A su voz no le faltaba esperanza pero resonaba a melancolía y a la responsabilidad de lo que iba a llegarle, tanto en el plano físico como espiritual.   Yo tenía que empezar un concierto con este coral en un espacio en que no se suele tocar: la cripta neobizantina de la Basílica de Santa Teresa de Lisieux, en plenas fiestas teresianas, el 4 de octubre, cuando la ciudad se llena de peregrinos de todo el mundo. En el ensayo pre concierto hubo un instante de tensión porque los organizadores querían echar a los peregrinos, cosa que consiguieron, pero también a los cófrades que, como en el Sagrado Corazón de París, velan día y noche el sagrario. Y eso no era negociable. Dije que su presencia no me molestaba y ensayé custodiada por personas que no pestañeaban y en medio de un silencio absoluto. La música disipó la tensión y todo fue bien.Salí preocupada por la acústica porque, como suele suceder cuando se toca en iglesias, hay que cortar antes el sonido porque va a seguir resonando queramos o no… Pero sobre todo salí abrumada de responsabilidad porque el concierto comenzaba con una obra que iba a significar mucho para las personas que habían recorrido cientos y miles de kilómetros para llegar a esa pequeña ciudad de Normandía. Impregnada hasta la médula por la versión de Lipatti me inquietaba no transmitir suficiente alegría y no veía cómo podía transformar mi versión en unas horas. Fui a pasear por los jardines que rodean la basílica, siempre verdes por los abetos y pinos pero también ocre, rojos y amarillos por el otoño. No encontré respuesta entre los árboles y subí hasta la basílica. La cantidad de velas es tal que, desde fuera, se siente el olor a cera. Entré atraída por todos aquellos puntos brillantes y lo vi claro.


Jesús sigue siendo mi esperanzaA la derecha, hay un Cristo que no está representado como suelen hacer los católicos, es decir, clavado a la cruz, sino al estilo bizantino: aún en la cruz pero ya con las manos y los brazos libres, en movimiento, porque ellos ilustran a la vez la muerte y la resurrección. En los iconos medievales aparece incluso de pie sobre la cruz.Aunque adoro la versión de Lipatti, el texto de Bach no dibuja una posible esperanza sino la certeza de la esperanza.No se elige la tonalidad de Sol mayor cuando hay dudas, es un color contundente y seguro. Y mucho menos se le hace modular a Re mayor o Do mayor si hay melancolía.Aquella noche abandoné para siempre el modelo de Lipatti para este coral BWV 147 e intenté construir uno a la imagen de ese día: inmóvil como los cófrades, sin la más mínima fluctuación del tempo y la mayor igualdad posible de los acompañamientos, y convencido, absolutamente convencido de la esperanza.Aquí dejo la versión orquestal y coral de Harnoncourt que es la antítesis de la de Lipatti, porque, aunque desde el recogimiento y la dulzura, hace una propuesta rápida y luminosa, que pone de relieve el texto: «Jesús sigue siendo mi alegríaconsuelo y bálsamo de mi corazón.Jesús me defiende de toda pena,Él es la fuerza de mi vida,el gozo y el sol de mis ojos, el tesoro y la delicia de mi alma.»



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